Una grave lesión en el tendón de aquiles ocurrida hace algo más de año y medio le aproximó como nunca al retiro. Pero su pasión por el baloncesto y el talento que atesora para su práctica prevalecieron por encima de tan fatídica dolencia y consejos médicos.
A sus 38 años de edad, el base badalonés de trayecto forjado en la latitud insular, Dani García Tora, expresó con su determinante exhibición anotadora (22 puntos y cinco triples sin yerro con 29 de valoración para una crucial victoria del Bàsquet Menorca) ante su conterráneo Sant Josep, que aquel lúgubre periodo es un capítulo correspondiente al pasado. Y que su magia es inagotable, eterna.