El impacto ocasionado por el anuncio del regreso al juego de Sergio Llull ha sido en Europa de un calibre similar al que irradió Michael Jordan a nivel mundial cuando, en marzo de 1995, depuso, con aquel aún célebre y recordado 'I come back', su primer retiro como profesional. Tres anillos más de la NBA devinieron para 'Su majestad aérea' a partir de ese entonces. Lo que logre o deje de lograr el 'Increíble Llull' con el Real Madrid y la selección luego de ocho meses de ausencia por lesión, resulta una incógnita que al futuro corresponderá despejar. Pero lo que no admite cuestión es la pleitesía que Europa entera ha exhibido ante la vuelta de una de sus más insignes estrellas, ya sea por parte de sus compañeros de equipo como por múltiples rivales.
Entre la tarde del lunes y la jornada de ayer, una vez la noticia del regreso del mahonés, con motivo del tercer partido de la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga que su equipo disputa al Panathinaikos (1-1), alcanzó absoluta viralidad, el goteo de manifestaciones, aludiendo a su vuelta se distinguió incesante.
Empezando por una de las figuras y referentes ofensivos del conjunto heleno, Mike James (22 puntos de promedio en los presentes playoffs). «Bueno ver de nuevo a mi hermano de vuelta, incluso si vuelves como mi adversario. Como aficionado te hemos echado de menos», rezaba un tweet del exjugador del Baskonia.