El Hestia Menorca, y por extensión el baloncesto insular, disfrutará de una segunda temporada consecutiva en LEB Plata luego de que el conjunto que dirige Oriol Pagès certificase de forma matemática su continuidad en la categoría al vencer el pasado domingo en Maó al Ávila Auténtica (69-65), restando todavía tres jornadas para el término de la temporada oficial, trecho en que el objetivo menorquinista será tratar de blindar el primer lugar de la serie A-2, un logro más decoroso que eficaz –su trascendencia a efectos competitivos, insignificante–, y posición que ahora mismo detenta junto con Arcos Albacete y Morón (13/6).
Asimismo, el materializar su objetivo –al margen de abundar en una racha triunfal que de momento se prolonga hasta las seis victorias consecutivas, la mejor de la liga–, repercute para convertir el proyecto gestado en verano de 2016 desde las entrañas del CCE Sant Lluís en el primero de la Isla que agotará un bienio en la categoría, una LEB Plata alumbrada en 2000 y que hasta la incursión del Hestia Menorca únicamente hubo conocido un precedente local; el Jovent. El equipo de Alaior, que en su día progresó proveniente de la extinta LEB Bronce, fue de ‘plata' en el curso 2009/10, y si bien incluso disputó el play off de ascenso (como líder de la A-2, en formato distinto; el Huesca le eliminó en primera ronda), se vio en la obligación de renunciar a la plaza por motivos económicos –bajó entonces a EBA en los despachos, la que también rechazó doce meses después. Recordar, en ese sentido, que el desaparecido Menorca Bàsquet nunca militó en esta categoría, en tanto que su ascenso a LEB Oro ocurrió desde EBA a finales del siglo XX (1997), periodo en que la LEB Plata aún no había sido instaurada.
De lado, retornando al presente y con la perspectiva que concede el haber recorrido la mayor parte de la temporada, la evolución de ésta en su segunda fase escenifica que el nivel de calidad y competencia se ha distinguido muy superior entre los equipos que arrancaron desde la conferencia Este en relación a la Oeste. Así lo demuestra que los cuatro primeros clasificados, tanto en la A-1 (Alicante, Villarrobledo, Murcia y Almansa) como en la A-2 (Morón, Albacete, Menorca y L'Hospitalet), son conjuntos de inicio integrados en ese segmento de la liga, la misma que la Isla degustará cuanto menos por otro año. Sin precedentes.