El vestuario del Hestia Menorca se siente «fuerte», ha tomado clara conciencia de sus posibilidades. La racha abierta de seis victorias consecutivas en que orbita el equipo de Oriol Pagès, así como el segundo lugar que ocupa en la clasificación de la conferencia Este de LEB Plata, han motivado que se multipliquen euforia y expectativas en el entorno del proyecto insular, como también inyectado una brutal dosis de moral y optimismo, sin sucumbir a la autocomplacencia, en el seno de un colectivo al que actualmente es difícil adivinarle límite.
Casi inalcanzable la Copa (las cuentas del Hestia Menorca para disputarla precisan dos derrotas del Girona y dos victorias propias en el próximo par de jornadas), igualmente el cielo de la LEB Oro resta todavía a un largo trecho de distancia, pero Adri Méndez, uno de los jugadores más importantes y representativos del grupo menorquín –5 puntos, 2.4 capturas, 5 de valoración y 20 minutos, sus promedios por cita en su segunda campaña en la Isla, a los que añade una intensidad defensiva fundamental para la estructura del equipo–, avisa de que no se renuncia a nada, además de exponer cual es el sentir que predomina en la intimidad de Bintaufa. «Ahora mismo, nos sentimos bastante fuertes como equipo», proclama el alero murciano del Hestia Menorca.