El Hestia Menorca retorna a mediodía de este domingo a la competición oficial, en el marco de la duodécima jornada de la conferencia Este de LEB Plata y con el Gran Canaria, todo un filial ACB, por rival (Pavelló Menorca, 12 horas). El equipo que entrena Oriol Pagès, que despidió 2020 compartiendo ‘triliderato' con Barça y Prat (9-2) y con una racha abierta de cuatro victorias consecutivas, tratará de abundar en su privilegiada situación e incrementar sus cifras así como su crecimiento como colectivo a cuenta de un adversario de gravoso recuerdo para el proyecto menorquín, puesto que en la temporada previa, con un roster algo modificado en relación al actual, le ganó los dos partidos, y que se presume tan imprevisible como peligroso.
No en vano, la irregularidad que acredita el conjunto amarillo, característica que por otra parte acostumbra a ser implícita a cualquier equipo filial –a menudo, o con regularidad, desprovisto de sus mejores elementos, reclamados para entrenar o jugar con sus ‘mayores' de ACB–, y acrecentada en estos tiempos de pandemia, le convierte en una auténtica incógnita. Puesto que la gran cuestión a plantear es, ¿qué filial canario se verá en la Isla? Tal vez el que fue capaz, en los albores de la presente campaña, de abatir al Barça B. ¿O quizá el antagónico modelo de equipo al que no alcanzó para sobrevivir en pista del Navarra o frente al Tarragona?
Una incógnita que se mantendrá y no se despejará hasta mediodía de este domingo, y en lo que también, obviamente, tendrá su influjo la versión de colectivo que el Hestia Menorca sea capaz de mostrar.