El Hestia Menorca dejó atrás su bache de resultados, sustanciado por dos derrotas consecutivas, al pulverizar anoche en Bintaufa al Zentro Basket Madrid (85-62), un rival de propuesta atrevida, pero tanto como arriesgada e inconsistente por momentos, sobre todo en el tramo final de la cita. Tras un primer tiempo parejo, con alternativas e incierto, el Hestia Menorca detonó su más selecto manual de uso después del intermedio e impuso la sentencia en el último cuarto, en el que hizo trizas a un Zentro Madrid totalmente desarbolado. Thomas Smalwood, autor de 12 (a lo que añadió 6 rebotes para una valoración de 20), y el omnipresente Diego Alderete (15, 12 y 24), brillaron como individuos dentro de la coral victoria insular (todos los elementos sumaron en la rotación local).
El equipo menorquín, en virtud de un vigoroso inicio, personificado por un efectivo Smalwood, autor de los primeros seis puntos, abrió una brecha inicial (10-2), que sin embargo el Zentro enjugó con inmediatez. Sustentado en la calidad de Naspler desde el ‘1', y con la capacidad para desarrollar su propuesta veloz y vertical en esos instantes, al conjunto madrileño incluso le alcanzó para invertir el marcador y liquidar el primer parcial 85 62 en su favor (15-19). El guión no varió en la continuación, y Zentro impuso una máxima de +7 en su rédito (17-24). Aparecieron entonces Jermaine Marrow (desde el tiro libre y con un par de lanzamientos liberados) y Sorokin para reubicar al Hestia Menorca; en partido y en el marcador (28-29; 31-29; 35-32, descanso).
La ruptura definitiva se encauzó en el tercer periodo y se corroboró en el cuarto final. Dos triples consecutivos de Gueye y un tiro de Marrow permitieron al Hestia Menorca distanciarse en un +12 en el albor de la tercera manga (44-32), en la que el Zentro consiguió sobrevivir tras suscribir un 0-9 (44-41; 53-47 al término del mismo).
Smalwood, al igual que en el arranque del partido, apareció al empezar el cuarto final con un triple (56-47), después tomó Gueye el relevo (62-50; 70-55, restando 6:20) y la ventaja en favor local no dejó de crecer (80-57, la máxima), ya no solo por el acierto ofensivo, sino también por la defensa del grupo de Javi Zamora, que supo provocar la precipitación en el ataque rival y rebajar sus porcentajes a medida que incrementaba el diferencial (85-62). Diversión, victoria, el bache de derrotas que ya es historia... y tercer lugar provisional para el equipo insular.