El Hestia Menorca no disfrutó de un día pleno en su estreno en LEB Oro. El simple hecho de debutar en la liga, el hacerlo en casa y por añadidura, el fantástico ambiente que se generó en la grada del Pavelló, convertía la velada de ayer en una cita de lo más sugerente y especial. Pero la jornada no pudo ser completa y el Melilla asumió un protagonismo, en el juego y en el marcador, que desbarató cualquier intento local por celebrar victoria en su primera incursión en la segunda división del país (66-83).
El alero norteamericano Parker Van Dycke, que hizo 20 puntos, y el pívot Hassan Varence (15, y 11 rebotes) fueron los principales, que no los únicos, rostros de la victoria melillense, que se fraguó desde su capacidad para generar más tiros que el Menorca y en su superioridad bajo tablero (física por tanto), donde los norteafricanos apabullaron en el rebote, 20 a 36. La valoración de uno (47) y otro equipo (96), de lo más explicativa.
El Melilla hizo valer su superioridad desde el arranque, de tal modo que su triunfo se intuyó con cierta antelación, a pesar de que el grupo de Javi Zamora nunca dejó de blandir sus armas ni desfalleció en sus intentos contra un rival que, sencillamente, se mostró inasequible.
El Hestia Menorca, en el primer cuarto, sobrevivió a los embates del Melilla a golpe de triple. Si bien fue Arteaga, con una acción en las cercanías del aro el que convirtió los primeros puntos de la historia del equipo insular en la segunda liga nacional (2-6) y contuvo con ello el parcial inicial impuesto por el cuadro norteafricano, fueron Alderete, que acertó para el 5-8; Hannah, que hizo el 10-14, y Pablo Suárez, cuyo acierto estableció el 15-18, quiénes asumieron el protagonismo y la producción desde el 6.75. Por el conjunto visitante, Parker Van Dycke, que alcanzaba los 10 puntos al cerrar la primera manga, ya sobresalía como el principal foco de amenaza (15-18, primer cuarto).
El primer tramo del segundo cuarto certificó, hasta entonces, los mejores minutos del Menorca durante el partido. Sólido e impenitente en defensa y con mayor clarividencia en lo ofensivo, el grupo de Javi Zamora incluso disfrutó de un par de ataques para equilibrar el guarismo, tras una penetración de Hannah y un triple de Demers (22-25), pero su reacción se detuvo en el 25-27, restando medio periodo.
Por contra, los cinco minutos que precedieron el descanso derivaron en un parcial demoledor en contra del equipo insular. Richmond, desde el 4.60, abría la sangría (25-28), dando paso a Varence, que hizo daño en la zona e impuso el que hasta el momento fue el mayor diferencial del partido en favor de su equipo (25-37; -12). El Melilla aprovechó también la debilidad que mostró el Menorca en la zona en esa secuencia del duelo y amplió la brecha para alcanzar el descanso con su mayor ventaja (29-44, +15).
El partido se complicó más para el Menorca al reanudarse el juego, cuando en apenas un par de alardes el Melilla elevó al +20 la distancia en el marcador (29-49), franja en la que se manejó a lo largo de casi todo ese tercer cuarto (31-53; 34-55; 34-58).
Un triple de Hannah, otro acierto de Alderete y un par de buenas defensas, con Stoilov y Arteaga compartiendo minutaje como pareja interior, dieron algo de aire al Hestia Menorca (41-58) y margen para creer. Javi Zamora buscaba alternativas, en el banquillo y en la pista, pero la superioridad del Melilla, también provisto de un mayor ‘fondo de armario' y fundamentalmente con una marcha más que el cuadro menorquín (en lo que de seguro tuvo influencia la pretemporada desarrollada por uno y otro conjunto), repercutió en un cómodo epílogo de partido para los visitantes, que ni aún cuando el Menorca apretó con opciones de rebajar la distancia por debajo del -10 (64-77, tras un par de triples de Pablo Suárez), sintieron amenazada su victoria.
El Melilla abortó los fastos del Hestia Menorca en su estreno en LEB Oro (66-83).