El Hestia Menorca cayó derrotado anoche en el Pavelló por el Odilo Cartagena, 86-87, en el marco de la jornada 30 de Primera FEB, en lo que significa su octavo tropiezo sobre sus últimos nueve partidos y lo más preocupante; por vez primera en muchas jornadas, el cuadro insular iguala en récord, 10-20, con la zona de descenso, que todavía delimita el Grupo Alega Cantabria, ahora para un triple empate en el que también interviene el Real Valladolid –rival menorquín en la jornada final.
La lectura más sugerente de este nuevo escenario es que el Menorca persiste fuera de las últimas tres plazas, un argumento al que aferrarse tras una velada funesta, en la que pese a todo se tuvo el triunfo a mano –Arteaga erró dos tiros libres a tres segundos, que habrían dado la victoria o la prórroga– y tras sentirse a merced del rival durante varios pasajes de la misma.
Eso, junto con la capacidad del equipo para remontar y granjearse esa opción de victoria, los aspectos a rescatar por parte del Menorca, que tuvo en el reaparecido Pol Figueras, autor de 13 puntos y marcando el ritmo del equipo (quien al igual que Ivanov, forzó para estar con el grupo), y en el estadounidense Jalen Cone (16) a sus elementos más resolutivos en lo ofensivo.
Con certeza, el partido se complicó desde el principio, y durante el primer cuarto el Hestia Menorca encontró dos obstáculos que advirtió insalvables; los tiros libres, aspecto en que su rival hizo un 12 de 15 –por apenas un 2/2 el colectivo insular– y el rebote, fundamentalmente el propio. No en vano, hasta siete rechaces, de los once ocurridos en el aro menorquín, cazó el Cartagena en ese primer capítulo del partido.
La suma de esos dos factores sin duda explican el porqué de la desventaja acumulada al terminar el parcial (19-25).
Arteaga, activo en ambas zonas, era de lo poco que rescatar del Menorca, pero que, en cualquier caso supo resistir en los primeros ocho minutos para desfondarse justo en el epílogo de ese cuarto inicial (de 17-19 tras un mate del pívot conquense en una acción en la que hizo de ‘palomero’, a 19-25 coincidiendo con el bocinazo).
La reacción del Menorca en el segundo cuarto se presumió. Pero no llegó. La aparición del equipo acreditó otra energía. Más sólido en su rebote, también el bloque cartaginés se mostraba menos eficaz, ya fuera en el 4.60 o en sus tiros en juego, y tras un primer acelerón visitante para establecer el -10 (21-31), asimismo producto de una extraña técnica a Cone, que Javi Zamora y todo el Pavelló protestó henchido de razón, el equipo menorquín se aproximó hasta el -5 (28-33 tras un par de libres de Lukovic y un triplazo de McDonnell, a 6:18).
Un tremendo tapón de Arteaga para contener una poderosa penetración de Rogers, quien buscaba el mate, precedió el 29-33 (tras otro libre, ahora convertido por McDonnell). Bintalfa, también estimulado por el ‘concierto’ arbitral, rugía y creía. Pero un triple de Jordà y una entrada, libre de marca, de Gerard Blat, complicaban nuevamente el panorama (29-38). Más todavía tras otro acierto perimetral de Dylan Van Eick (33-43). ‘Zamo’ detuvo el partido, lo que por lo menos sirvió para eludir una renta contraria mayor al intermedio (38-47).
El descanso no repercutió en positivo para el Menorca, también superado en el tercer cuarto. En la mayor parte del mismo, el diferencial en favor visitante se manejó en torno a los diez puntos (44-54; 47-57), si bien registró un repunte de -13 (47-60) que hizo intuir lo peor.
Un triple de Figueras y una acción bajo tabla de Lukovic, aderezado con cuatro buenas defensas –o por lo menos, se hilvanaron cuatro situaciones en que Cartagena no sumó– corrigieron algo la coyuntura (54-60). El Menorca tomaba oxígeno. Pero su rival, lejos de descentrarse, con rapidez restituyó su colchón (54-64), a lo que replicó el cuadro local con nuevo protagonismo de Figueras desde el 6.75 y de Lukovic (62-69).
Y si bien la inercia, tanto como el marcador, eran favorables al cuadro murciano, su triunfo no estaba en absoluto orientado. Así lo entendió el Menorca, que más allá de su acierto o inspiración, nunca rindió armas.
Arteaga, en jugada de pick’n roll con Figueras, estrenaba el guarismo del cuarto definitivo (64-69). La respuesta del menor de los Garuba no tardó (64-71). A partir de ahí, afloró la mejor versión del Menorca. La riqueza defensiva del manual de uso de Javi Zamora, con continuos cambios que desordenaron hasta el desespero al Cartagena, a lo que se añadió el mejor fragmento en ataque en todo el partido, permitió reducir de modo ostensible la distancia (triples de Cone y McDonnell, más un oportuno palmeo de David Gómez) y multiplicar la convicción, 72-76.
Y aunque Cartagena se mostró certero en sus ataques posteriores (72-79; 75-82), también lo hacía el Menorca, que con nuevo arrebato ajustó el marcador hasta la mínima expresión (83-84). Lukovic, de nuevo Cone al triple e Ivanov desde el tiro libre, los protagonistas.
Restando 1:34, Cone, en acción de penetración, culminaba una ruptura de 10-2 y con ello la remontada local (85-84). Bintalfa, en pleno estado de combustión, ejercía de nuevo su papel de ‘sexto hombre’.
Pero entonces, Cartagena se levantó de la lona. Garuba y Chucwuemeka inyectaron aire y puntos) a los suyos para establecer el 85-87 a falta de 30 segundos. Cone malgastó un tiro a cuatro metros tras acción individual, pero un pedazo de rebote de McDonnell, quien acto seguido fue objeto de falta, activó de nuevos las posibilidades de victoria.
Restaban menos de 4 segundos. El ‘4’ yanqui acertó con el primer ensayo libre, pero no con el segundo (86-87), en cuyo rebote Arteaga sufrió otra falta. Pero el sobrio pívot del Menorca careció de puntería y a su doble falló le fue inherente la pérdida definitiva de toda posibilidad de triunfo (86-87). Un final muy cruel.
TururuJajajaja ves a fer una volta i respira, quina vergonya que encara es xerri de llevant i ponent com rivals. Escolta, disfruta molt des Volei i si vols, també des básquet, com aficionat a s'esport i com menorquí, es gaudeix 100 vegades més que viure amb aquesta absurda rivalitat que dibuixes.