El base de Maó, Agustí Sans, se convertía en verano pasado en el primer gran fichaje del UEMC Real Valladolid Baloncesto de cara a una temporada 2024-25 en la Primera FEB que se prometía mucho más tranquila y con un final mucho más feliz y diferente evidentemente al que han vivido, tanto el propio director de juego menorquín, como la misma entidad de Pucela. Y es que a día de hoy, si bien el mercado apenas ha comenzado a respirar y con la Final Four de la división de plata española aún por comenzarse, Agustí Sans, ni sabe dónde jugará la próxima campaña 2025-26 ni –lo más importante ahora para el insular–, en qué condiciones físicas.
El talentoso ‘uno’ del Valladolid con el que descendió a Segunda FEB tras caer ante el Hestia Menorca en un encuentro en el que ya arrastraba problemas físicos, está pendiente de más pruebas para un mayor y mejor diagnóstico, ante sus dolencias en las rodillas; últimamente y de manera más pronunciada, la derecha de Sans.
Señalaba ayer el mahonés a este diario que desconoce aún su estado físico– «pendientes de varias opiniones de diferentes traumatólogos y sobre todo para la rodilla derecha», señalaba ayer el mismo Sans–, y su futuro baloncestístico. Con el descenso del Real Valladolid y a pesar de que el ex Joventut, Lleida, Oviedo o Cantabria no quiso hablar al respeto– sobre todo también hasta conocer el alcance de su lesión– es probable que salga del UEMC RVB y en Primera FEB le vayan detrás, por su experiencia y galones.