Oriol Pagès, junto al actual técnico, Javier Zamora, ha sido el único entrenador que ha tenido el Hestia Menorca desde la fundación del club como entidad deportiva independiente en 2017. Tras su experiencia en la élite como asistente en el FC Barcelona de Xavi Pascual de la Liga ACB, Pagès cogía el timón de Bintalfa, hasta marzo del 2021, cuando era cesado, tras haberlo subido previamente a LEB Plata. Luego, en el tramo final del curso 2022-23, era requerido en Es Castell, en el Pinta B de Liga EBA, donde ha estado hasta el curso anterior, cuando se le comunicó que no seguía. El preparador catalán afincado en Ciutadella, alejado por ahora de las competiciones sénior y decidido a descansar en este sentido y poder dedicar más tiempo a la familia, de momento esta campaña entrante 2025-26 tan solo colaborará en el Club Bàsquet Boscos, para lo que se le requiera en Calós y donde conserva un gran vínculo.
Parece decidido, en cuanto a competiciones FEB y sénior, por ahora a la 2025-26 estar alejado de los banquillos.
—Más que un año en blanco –que siempre va bien para cargar pilas– es un año sin entrenar. Viviendo en Ciutadella me ocupaba mucho tiempo ir a Es Castell y ya sabes, un técnico le dedica las 24 horas. Parar era una opción que contemplaba y ahora se ha dado así. A disfrutar de otras cosas, formarme, seguir viendo basket, etc.
Imagino que es un punto y aparte. ¿No descarta no volver a dirigir un equipo FEB o Balear?
—Como cuando entreno solo visualizo el fin de semana, ahora no pienso en el futuro. Ahora, agosto del 2025, no tengo la necesidad de tener un equipo y sí otras cosas. Esperaremos y si llega un día una propuesta interesante la cogeré y de lo contrario, sigo motivado con ayudar a chavales. Me muevo mucho por sensaciones y no tiene por qué ser de entrenador titular en un equipo FEB.
Después de tantos años ya en los banquillos, en diferentes ligas profesionales y países. ¿Siente que le queda algo pendiente o por hacer?
—Cada año es un reto diferente y siempre quedan cosas en el tintero; cada curso son desafíos. Sí es cierto que me enorgullece haber estado en el Barça, el equipo de mi sentimiento; en Menorca, por haber ayudado a formar el embrión y hacer crecer este Hestia que tanta fuerza tiene ahora... He tenido la suerte de estar en ambos sitios. Todo reto, sea en la categoría que sea, es bonito y seguro que sí me queda algo por hacer en el basket, repito, sea de primer entrenador u otra figura en un club y seguro llegarán propuestas.
Pasado ya un espacio de tiempo considerable. Su salida de Es Castell, ¿esperada o sorpresa para usted?
—Son cosas del basket. Teníamos un compromiso hasta final de curso, acabó la liga y ellos decidieron que querían cambiar de entrenador, algo aceptable, como si hubiera sido yo que hubiera optado por salir. Cuando me lo comunican yo aún estaba en periodo de reflexión sobre qué quería hacer.
Y entonces pasó que...
—Sí veía que teníamos maneras diferentes de entender cómo funcionar un equipo sénior, lo que provocó ciertas faltas de comunicación, sobre todo en el club, y pese a que a nivel general el mensaje que recibía del club era en positivo, veía cierto desgaste, por lo de la comunicación y ver un sénior. Yo meditaba qué hacer, ellos pensaron que era el momento del cambio y punto. Todo correcto.
Sin embargo, ¿sentía que aún podía aportar al Tercera FEB pese a desde el club optar por cambiarle?
—Admito que estaba en periodo de reflexión en este sentido al acabar. Si el reto me motivaba o no o si el tema de desgaste con el club era solucionable o no. Me voy orgulloso, el primer año salvando al equipo en una situación muy delicada, lo que me llena. De no haberlo salvado, a saber qué habría ocurrido... Y luego con las, pienso, dos temporadas más brillantes del club, en cuanto a resultados, consolidándose en la parte media-alta de la tabla de la Tercera FEB.
Y sobre este último año en la Zona Esportiva Sergio Llull...
—Pienso que sin algunas lesiones importantes se podría haber hecho alguna cosa más pero tiene un gran mérito repetir los resultados del curso anterior, con todos los problemas de lesiones de gente importante. No sé si había más recorrido conmigo en Es Castell pero sí sé que me siento orgulloso de esta etapa.
En estos dos años y medio se fue sin duda a más. Sin embargo, ¿siente que quizás faltó un paso adelante más?
—La 2023-24 fue todo muy fácil, todo rodó y sin apenas lesiones. Y este curso costó más, tanto en lesiones como en entender la idea de juego que queríamos. Se trabajó más y al final, atando los mismos resultados, por lo que siento que fue un éxito. Carlos Sintes, Eloi Barrasa, Xavi Hernández, al final Jules Ndoye... Bajas sensibles y me enorgullece, por ejemplo, el último triunfo en casa ante L’Hospitalet, sin jugarnos nada y ellos el playoff. Y demostramos la implicación y compromiso ante un grande.
Después de este tiempo en Es Castell, ¿piensa que en la Isla hay suficiente materia para tener una plantilla casi local?
—Menorca tiene jugadores de suficiente nivel para Tercera FEB. Siempre he sentido que se debían tener a los máximos de aquí, para que la gente se identifique y son el alma, facilitando la integración de todos. Sergi Llufriu es un gran ejemplo, como Sintes, Xavi, Barrasa, Bagur o Andújar, que ha ido creciendo. Con esfuerzo han crecido y jugadores los hay; toca paciencia con ellos, con oportunidades. Y claro, con gente de fuera de la Isla, sin duda.
Volviendo a sus salidas del Hestia y de Sa Tintina, siento que a usted en ambos casos le pillaron algo desprevenido.
—Son dos situaciones diferentes la de ahora en Es Castell y la del Hestia. En Bintalfa era a mediados de temporada, creo que íbamos segundos en la clasificación y el club decidió que no debía continuar. Lo respeté y ya es parte del pasado; ningún problema. Y ahora acabamos y Es Castell decide que no sigo; un poco desprevenido en el sentido de no haber recibido ítems durante el curso de que mi trabajo no era el que quería. Notaba sí algo de falta de comunicación y lo veíamos diferente pero me habría gustado que se me comunicara en temporada y mirar de solucionar. No fue así y no pasa nada; ambas partes cumplimos el compromiso adquirido.
Eso, situaciones y momentos incomparables, entre un sitio y el otro...
—Evidentemente, y como técnico toca aceptarlo, es nuestro día a día y los remordimientos o acabar mal, siempre estaríamos enfadados los entrenadores. A veces somos nosotros los que nos vamos, por lo que sea, siendo decisiones a tratar con la máxima normalidad y de no ser así, cambia de profesión. El Hestia sigue creciendo y Es Castell seguro que lo seguirá haciendo y siento orgullo de haber formado de ello.
Personalmente, cuando usted se autoanaliza, ¿se siente mejor primer entrenador o asistente como en el Barça?
—Me encanta el basket y ayudar a los equipos a crecer y competir. Me sentí bien en el Barça, como en Hestia y Es Castell. Y admito que de cada vez me tiran más los despachos, ayudar a confeccionar equipos, y no descarto en absoluto en un futuro.
Cambiemos de tercio, con dos nombres de moda encima de la mesa: Àlex Blanco y Sergio Llull.
—Recuerdo que siempre se me pregunta por Llull y ahora, con Blanco. Es un orgullo que el baloncesto menorquín dé jugadores de este nivel. Siempre se ha dicho que Menorca es isla de basket, a la gente le encanta este deporte y salen jugadores de este nivel porque el carácter insular tiene este punto de ambición y de deseo y superación. Gracias a este espíritu, de un sitio tan pequeño salen jugadores así.
Siguiendo en clave insular, ¿siente que el basket aquí ha cambiado mucho de cuando usted era jugador en la Isla?
—Todo evoluciona y mejora y pienso que en formación de cada vez se trabaja mejor y en categoría Júnior es un gran paso la liga balear. Es muy interesante. En cuanto a la sénior balear no la he seguido mucho; es difícil opinar.
Este año más equipos que nunca en la Balear de chicos pero solo dos femeninos en cuanto a Menorca
—Todo jugador merece una salida, y el más o menos nivel ya se verá y lo marcará la liga. Balears tiene muchos equipos en ligas FEB en chicos y no van tan mal. Tema femenino la verdad que pude seguir poco la liga balear pero es una lástima tener solo dos equipos en toda la Isla. Toca la reflexión en la Federació, cuando en chicas –en formación– se compite muy bien a nivel balear. La franja post-júnior es difícil con los estudios y al volver no es fácil volver a jugar.
Le veo muy pensativo en este aspecto....
—Se debería vender mejor el basket. Las jornadas estas de 3x3 o de jugar sin marcador están muy bien pero en categorías de formación el producto se debe vender mejor, con árbitros que eduquen a los chavales, con una continuidad en los partidos entre semana y una seriedad. El chaval quiere jugar pero siempre está el hermano mayor, el fútbol, que nos quita chavales.
La última, ¿añora los veranos de llamadas, vídeos y ‘scoutings’ de mercado?
—Si soy sincero, no, tengo un verano muy tranquilo, de poder disfrutar de muchas cosas y sin estar pendiente de fichajes ni tener que ver vídeos de jugadores o pensar cómo querer jugar con lo que tendré. No sé qué pasará en octubre, pero no lo echo en falta ahora.