Severo correctivo el que encajó ayer el CE Alaior (3-0) en un desplazamiento que parecía propicio al campo del Penya Arrabal. Pero los de Marc Serrano tuvieron un día especialmente aciago y jugaron, quizás el peor partido que se les recuerda en mucho tiempo.
Como consecuencia encajaron un tanteo abultado que no se corresponde con la diferencia de potencial existente entre ambas plantillas.
El partido fue aburrido y de nula vistosidad para los aficionados que se acercaron al terreno de Sa Penya.
La primera parte no tenía ninguna historia hasta que Calero dispuso de una buena oportunidad para adelantar a los albinegros aunque no supo transformarla. Pero cinco minutos más tarde, mientras unos y otros protestaban por un saque de banda, el Penya fue más listo, sacó rápido y Mini, de cabeza en el segundo palo, elevó el balón por encima de Toni Melià en perfecta vaselina para poner por delante a los suyos.
Pero todavía fue peor para los alaiorenses porque nada más sacar de centro perdieron el balón que fue en largo por la derecha para Herráiz quien acabó cruzando con precisión al fondo de la red. Sólo había transcurrido un minuto y el Alaior ya había encajado el segundo gol que dejaba el partido virtualmente sentenciado.
Y fue así porque en la segunda parte el Alaior tampoco tuvo ni actitud ni capacidad de reacción mientras la Penya controló sin demasiados problemas.
A los 25 minutos Aitor tuvo una ocasión que no transformó y antes del final del encuentro una nueva aproximación sin consecuencias.
Entre medio, a los 80 minutos el Penya Arrabal redondearía su triunfo, el tercero que conseguía en esta Liga, en una jugada trenzada con centro desde la derecha que Santi remataba a placer al fondo de la portería.
En suma, decepción alaiorense en el campo del Penya Arrabal donde no estuvo a la altura de su trayectoria e historial en esta categoría.