El Norteño consiguió el primer triunfo en Las Arenas frente a uno de los 'gallitos de la categoría', el Poblense (2-0). Los de Vadell tardaron una vuelta para lograr la primera victoria en casa pero fue un triunfo justo y trabajado.
Anotaron para los de Fornells Badía y Català. El meta Jaume se doctoró en Tercera División realizando un gran partido y abortando todas las acometidas visitantes.
Empezó el encuentro con los de casa a por todas, presionando a su rival y sin dejarle pensar. A los cuatro minutos llegó la polémica. El colegiado señaló falta por infracción a Adri pero de forma incomprensible la marcó fuera del área cuando se había producido dentro. Las protestas de Vadell le valieron la amonestación. Se ejecutó la falta y Juan dio el primer aviso.
En la siguiente aproximación azulona llegó el ansiado premio de verse por delante en el marcador. Badía, desde la frontal, sacó un fuerte disparo que tras dar en el travesaño significó el 1-0. El tanto espoleó a los de Vadell con varias ocasiones y dejó tocados a los hombres de Cánovas. A la media hora llegó la puntilla. Català se aprovechó de un balón suelto en la frontal para superar de nuevo al meta de Sa Pobla. Por fin a los de Vadell les sonrió la fortuna.
Por contra, el Poblense no tuvo más remedio que lanzarse al ataque con los de casa agazapados buscando una contra para cerrar el partido. Tras el paso por los vestuarios, el preparador visitante realizó dos permutas para poder reducir diferencias. El segundo tiempo fue un monólogo del Poblense pero la figura de Jaume evitó males mayores al realizar paradas de auténtico lujo.
El Norteño tuvo su opción y a los 63 minutos Badía estuvo cerca del tercero. Los de Sa Pobla siguieron arrinconando a los de Vadell, pero ayer fue el día del Norteño y de Jaume.
Cuando el envite agonizaba, el Norteño erró una doble y gran ocasión: robó el esférico Badía, su disparo desviado por Flexas le quedó franco a Català, que de forma incomprensible remató a las manos del meta rival.
Al final alegría fornellera en el césped y en las gradas, por el merecido triunfo.
Queda toda una vuelta, y la gesta es posible. El Norteño sigue vivo.