El Sporting Mahonés sigue recogiendo flores al borde del acantilado, con el riesgo que ello conlleva, aunque de momento, con final feliz. Tras saldar las deudas con la plantilla de la pasada temporada para evitar el descenso administrativo el pasado 30 de junio, ayer hizo frente, de nuevo sobre la bocina, al siguiente obstáculo, lidiar con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para encontrar una solución a la deuda contraída en las dos últimas temporadas en concepto de desplazamientos.
En un comunicado emitido por el club, "Paco Segarra, tras realizar unas gestiones conjuntamente con Madrid -RFEF- y Miquel Bestard (presidente de la Federació de Futbol de les Illes Balears), desbloquea la situación y el Sporting Mahonés competirá en Segunda División B con total normalidad". El consenso al que llegaron las partes implicadas para que el equipo pueda jugar el domingo a las 12 horas en Gandía en el debut liguero, obedecen a que la RFEF recibirá la cantidad que se le adeuda -48.000 euros según el club, 51.700 euros según el máximo organismo-, en concepto de unas subvenciones que debía recibir el club mientras que la FFIB lo hará con unas condiciones de pago pactadas con el club, a lo largo de la temporada, para no ahogarlo económicamente.
Una vez solventado el problema con las dos federaciones, el siguiente paso es esperar que en la mañana de hoy la española autorice a la balear la tramitación de las fichas del Sporting -en principio no debe surgir ningún inconveniente-, lo que podrá hacer entre las 10 y las 12 horas, de forma excepcional, ya que la delegación insular no tenía previsto abrir hoy sus puertas.
Segarra y Miquel Bestard
El presidente del Sporting, Paco Segarra, y su homólogo en la máxima institución del balompié insular, Miquel Bestard, hablaron ayer por primera vez tras las duras declaraciones del primero cuando evitó el descenso in extremis y argumentó, entre otras cosas, que no había recibido ayuda de la Federació ni de su presidente. La conversación telefónica que mantuvieron ambos, además de desbloquear la situación, tema capital a sólo dos días del inicio de la competición, sirvió también para normalizar la situación y limar posibles aspereza a raíz de las susodichas declaraciones.