Después de las victorias logradas últimamente por el Mercadal ante Collerense y Alcúdia, el partido de ayer tenía una trascendencia muy especial para los hombres de Yeray Rodríguez. Se trataba de encadenar, por primera vez en su trayectoria en Tercera División, tres triunfos consecutivos, sumar los nueve puntos posibles y relanzar con ello una autoestima como equipo que le va a ser de gran ayuda ante las difíciles jornadas que le esperan a partir de ahora.
El Felanitx, instalado en la parte baja de la clasificación, aparecía como un contrincante, si no fácil, sí propicio para lograr este objetivo, y pronto el Mercadal se puso a la tarea con ganas y acierto, sobre todo en la primera parte en la que dominó ampliamente a su rival a partir del gol de David Camps en el minuto 19. El delantero se movió con oportunismo y olfato de gol en el saque de un córner contra la meta de Martí al que batió por alto y dio la impresión de abrir un amplio abanico de posibilidades para conseguir por fin una victoria concluyente sobre un rival que se defendía con cierto orden, pero que al cruzar el medio campo mostraba sus limitados recursos.
No se aprovechó debidamente el Mercadal de esta inoperancia de un Felanitx que solo tuvo un ramalazo de peligro en los primeros minutos con un tiro sorprendente de Peña que Cristian desvió con apuros al larguero, pero luego todas las ocasiones tuvieron color rojiblanco. La conexión Marcos-David Camps se tradujo en varias jugadas muy bien tramadas, pero que no llegaron a materializarse en un segundo tanto que hubiera premiado la superioridad local y puesto el franquicia el partido.
Luego, en la reanudación, la cortedad del marcador dio paso a las mismas ganas por ambos bandos, pero el juego ya no fue tan fluido y el Mercadal daba pábulo otra vez a las dudas sobre su eficacia goleadora. Siguió siendo mejor que el Felanitx, y las ocasiones las tuvieron en especial Lacueva que se mostró muy activo, pero poco afortunado ante la meta de Martí, y con el paso de los minutos las defensas de ambos equipos se fueron imponiendo más claramente aún a los atacantes, aunque ambos técnicos echaron mano de los delanteros que estaban en el banquillo para intentar variar el rumbo del encuentro.
Estaba claro que el 1-0 sólo podría alterarse en una jugada de estrategia o un error imprevisto, y en estas condiciones el Mercadal era quien más tenía que perder porque al fin y al cabo era quien llevaba el marcador su favor. El público también lo comprendió así poniéndose más que nunca al lado de su equipo hasta que se consumó la victoria, solo por la mínima, es verdad, pero vital para afrontar la terrible cuesta de noviembre y diciembre en la que le esperan, ni nada más ni nada menos, que Binissalem, Constancia, Poblense, Llosetense y Penya Deportiva, o sea, la élite.