El Sporting Mahonés despidió ayer a su hasta ahora director deportivo y entrenador, Mati Borsot, que abandonó la Isla con dirección a la Península en busca de un nuevo proyecto en el que prolongar su carrera. El club, en una ceremonia que contó con la presencia de los directivos Jesús Flórez, Luis Lasala y Miquel Goñalons, además del portavoz del club, José Pons, y del presidente, Paco Segarra, quiso agradecer la labor desempeñada por Borsot en estos tres años y medio que lleva en el club entregándole una placa conmemorativa que agradecía su labor y su compromiso en el tiempo que ha durado su aventura en Bintaufa. Además, el acto también sirvió para agradecer al capitán blanquiazul, José Ángel Moyano, su entrega para con el club, en los cerca de seis años que ha estado en Maó.
El proyecto del Sporting Mahonés en Segunda División B dio ayer sus últimos coletazos con un pequeño reconocimiento a la labor de dos de sus buques insignia. Por un lado, al director deportivo Mati Borsot, que dejó ayer Menorca rumbo a Barcelona y que recibió de manos de parte de la directiva un pequeño detalle para que recuerde su paso por el Sporting Mahonés, un proyecto al que se sumó con la llegada de Paco Segarra. Mati, tras la marcha de Luis Elcacho, tuvo que asumir las riendas del primer equipo y trasladarse al césped, una situación que ya vivió en el tramo final de la campaña anterior, en un movimiento para colaborar con Joan Esteva, cuando el club atravesaba una crisis de resultados.
Borsot, que siempre matizó que su intención no era la de convertirse en entrenador del Sporting, aguantó el tipo en el banquillo y en el vestuario hasta que la crítica situación del club propició el punto y final.
Moyano, jugador y técnico
"Por tu profesionalidad, compromiso e identificación con nuestro Club, tanto como jugador del primer equipo como entrenador de la Escuela de Fútbol". Este era el mensaje que reflejaba la placa que la directiva entregó a Moyano para agradecerle su entrega no solo como jugador sino como entrenador ya que actualmente seguirá como técnico del equipo cadete.
Fue una ceremonia escueta, íntima y breve, en la que faltó parte de la directiva y que concuerda con el día a día del Sporting Mahonés a la espera de que lleguen tiempos mejores.