Ambos necesitan los puntos. A poder ser, los tres en juego. Porque se juegan no descender, algo que deportivamente está muy caro con las compensaciones de la Segunda B.
Pero es una quema de la que ahora mismo no se salva ni uno ni otro. Sus técnicos quitan hierro. Dicen que todavía faltará mucho por jugarse, que pase lo que pase esta tarde en Sant Bartomeu (16.30 horas) no será definitivo.
Pero eso es lo que dicen. Lo que piensen quizá sea diferente, incluso quitarse la pátina del cartel de favorito, concepto en esta ocasión posiblemente más decantado para el conjunto blaugrana que para el albinegro (0-1 en Los Pinos para el Ferre).
El Ferre que no podrá contar con Pulido y Rodríguez, sancionados, ni con Mingu, lesionado, además de los que salieron en el mercado de invierno (Kaké, Joshua, Omar). Por parte del Alaior, estarán todos los que son, incluso un técnico que vuelve tras su sanción.
Y todos preparados. En Ferreries dicen que "la gente está muy animada". El alaiorense Villalonga, que "hay que ganar como sea". Es la emoción de un derby para tomar impulso.