El CE Alaior se hunde en el lodazal de la clasificación después de encajar ayer una goleada en el campo del At. Isleño, en Eivissa, que le aísla un poco más en el fondo de la tabla. Quedan jornadas y puntos por disputar pero la dinámica albinegra acentúa su negatividad y las opciones de conseguir la salvación cada vez son menos.
Ayer sufrió una nueva derrota tras mostrar una imagen pobre en un partido en el que el cuadro local tampoco hizo tanto como para marcar cinco goles. Y Lo consiguió con los argumentos que caracterizaron al balompié británico de hace unas décadas. Patadón arriba, algún disparo lejano y dejar que pasaran los minutos fueron las armas para vencer por 5-2.
No tuvo que esperar mucho el Isleño para ponerse en ventaja. Víctor Galera botó un saque de esquina que hubiera hecho furor en las Islas Británicas por su asesina rosca y desde el córner presenció un desenlace muy anglosajón. Juan Martínez remató la pelota y Paolo intimidó a un defensa, que no despejó correctamente una pelota predestinada a abrir el marcador (1-0). El Alaior iniciaba su retahíla de regalos.
El jurásico argumento del balón largo suele dar alas al contrario, aunque sea un desahuciado colista. En una jugada trenzada por la derecha, Eliot puso un balón dentro del área ibicenca que remató Emi, llanero solitario totalmente libre (1-1).
Galera le puso más picante a un partido que carecía de sabor tres minutos después, convirtiendo un centro en un golazo por la escuadra (2-1). El sol fue el peor enemigo de Biel. Sin historia intermedia, Toni Ramírez recogió el esférico en la banda izquierda, se enredó en regates más efectistas que efectivos, pero encontró el camino del gol en el minuto 32.
El atacante chutó desde muy lejos buscando la portería, pero la pelota rebotó en la espalda de Villa. Sin intención, el disparo se envenenaba y acababa en diana (3-1).
En la segunda mitad, el partido entró en fase soporífera, con el Isleño aposentado y el Alaior sin bazas para incomodarle. Tan solo un disparo lejano de Juli que despejó Prats en una vistosa palomita hizo desaparecer los bostezos (m. 64).
Unos suspiros después, López fusiló a Biel –que antes había evidenciado tener manos de mantequilla– desde dentro del área (4-1). Pero como en Inglaterra los choques suelen tener emoción hasta el final, Juli se encargó de dar vida al asunto con dos libres directos. El primero supuso el 4-2, el segundo lamió larguero. Los apuros apenas sobrevolaron Can Misses: López cerró un pobre partido cargado de goles (5-2), más propio de la Third Division que de la Tercera División.