La presión les pudo ayer a los jóvenes jugadores del Menorca, que tras su afortunado triunfo del pasado domingo ante el Penya Ciutadella, no pudieron con el Poblense, de nuevo en Maó, pese a tener todos los elementos favorables a su alcance, incluido un arbitraje muy hogareño. El empate final, no obstante, acabó siendo el mal menor porque ayer tarde el Espanya caía en su campo ante el Sallista. El Menorca se asegurará el ascenso si vence en el campo del Portmany el próximo domingo.
Iván Gutiérrez, tantas veces artífice de los triunfos del Menorca esta temporada, ayer acabó hundido en el terreno de juego a la conclusión del choque. El delantero falló un penalty en la primera parte, que envío a las nubes, y otro en la segunda, que le detuvo el meta pobler. Sus clamorosos errores, no obstante, estuvieron a tono con el pobre juego que exhibió todo el equipo, especialmente en la primera parte. Un despiste defensivo, tras el error de la primera pena máxima, permitió a Ripoll revolverse en el área y hacer el 0-1 a los 36 minutos.
El Menorca no reaccionó hasta el segundo tiempo, pero lo hizo con más embestidas pasionales que fútbol. El árbitro dejo de sancionar un agarrón clamoroso del meta del Menorca al delantero mallorquín, Rubén, y poco después Alcaide establecía la igualada desde cerca. Iván lanzaría a continuación un buen balón al travesaño acreditando que la de ayer no era su mejor mañana.
A 10 minutos del final Buades cometía otro penalty indiscutible sobre Belmonte pero Iván tomaba de nuevo la responsabilidad y esta vez era el meta rival, Mina, quien le interceptaba el lanzamiento. Para entonces el Poblense ya jugaba con uno menos por expulsión de Jordi por dos amarillas.
Hasta el final el acoso del Menorca sí que se hizo constante. El árbitro marcó 4 minutos de prolongación que se convirtieron en seis o siete. Iván mandó otro balón a la madera, Olives falló solo ante meta y el colegiado anuló un tanto a los menorquinistas por presunto fuera de juego.
Ganando en Eivissa, el partido de ayer quedará como un susto.