Fijarse en la trayectoria de los deportistas que se encuentran fuera de la isla es inevitable en un lugar donde todo el mundo se conoce, como en Menorca. Y si estos deportistas están compitiendo en la élite, mucho más. Ese interés aumenta cuando se trata de personas que no lo están teniendo fácil, pero siguen luchando. Atendiendo a la trayectoria de Sergi Enrich (Ciutadella, 1990), podría ser el caso.
Los menorquines que han llegado a triunfar en las altas esferas no son muchos. Pero es que da la impresión que con Sergi las expectativas, muy altas, no acaban de explotar. ¿O es solamente una impresión?
Da igual. Sergi está totalmente tranquilo ahora en el Alcorcón. De nuevo cedido. De nuevo en 2ª A. Tras hacer la pretemporada con el RCD Mallorca -club que tiene sus derechos federativos y que lo ha formado desde categoría cadete- pasó algo de inquietud porque pasaban las semanas, empezaba la liga, y nadie le decía qué iban a hacer con él. Porque en el primer equipo, ni hablar, a pesar de haber demostrado ser un futbolista competitivo la temporada pasada en el Recreativo de Huelva, también en Segunda, donde jugó 27 partidos y marcó 7 goles.
Sergi se ha mordido la lengua en más de una ocasión. En alguna rueda de prensa rozó el límite. Pero este chico ha demostrado tener un carácter especial. Se lo toma todo con filosofía. "En el Alcorcón me encuentro muy bien. Me gusta mucho Madrid y el equipo está haciendo muy buen trabajo. Poco a poco estoy jugando y contando más para el mister. Eso es lo importante", recuerda.
Pero llegó para jugar. Necesita minutos. Y de momento no tiene muchos. "Es verdad. Un futbolista siempre quiere jugar. Para eso vine. Pero es cierto que llegué con todo empezado y aquí hay dos delanteros como Oriol Riera, el actual pichichi, o Quini. Me ha costado bastante entrar en el equipo, pero ahora voy entrando en la convocatoria, he jugado seis partidos y la semana pasada estuve sobre el césped 25 minutos" asegura un Sergi que no piensa en el futuro cuando finalice esta cesión, a final de temporada. "Queda mucho para pensar en ello. Toda la segunda vuelta. Estoy muy tranquilo, entrenando bien, aprendiendo más, que es de lo que se trata. Estoy disfrutando del fútbol. Cada vez sumo más experiencia y si el año que viene tengo que volver al Mallorca, mejor. Y si tengo que seguir en Alcorcón o irme a otro sitio, pues será el fútbol", dice consecuente.
No se sale del guión ni insistiendo. "Bueno, tengo 22 años. Todo se puede mejorar entrenando con ganas. Tengo contrato con el Mallorca. El año pasado jugué 27 partidos en Segunda, y demostré que podía jugar perfectamente. Está claro que uno siempre quiere jugar, y si no quiere hacerlo, es que no es futbolista. Yo lo intento. Si el año que viene tengo que volver a Son Moix, casi mejor. Pero si no, no se acaba el mundo. Hay muchos equipos". De momento, intentar ascender a Primera no está mal.