Jarro de agua fría para un Menorca que cayó ayer ante la Damm en el Municipal d´Horta por dos goles a uno. El ariete Lluís Camps adelantó a los isleños en el ecuador del primer tiempo, pero Pau, que estuvo soberbio y fue una pesadilla para los menorquines, y Eric, que acabó lesionado, dieron la vuelta al marcador.
A pesar de cuajar un gran primer tiempo, en el que se adelantó con justicia, el Menorca se vino abajo desde el inicio del segundo tiempo y tras la remontada de los cerveceros no pudo ir a más ni crear ocasiones suficientes como para atemorizar a Hugo, que resolvió bien los pocos balones por alto que le llegaron.
Los pupilos del técnico Lluís Vidal sabían que para puntuar en el Feliu y Codina no solo bastaría con bregar y luchar, sino que debían hacerlo durante los 90 minutos de encuentro ante un equipo, la Damm, que con esta victoria podría adelantar al Girona en la quinta posición de la tabla. Un equipo que se caracteriza por no tener fisuras en ninguna de sus líneas, aprovecharse de las segundas y terceras jugadas, además de un gran centro del campo. Sin embargo, los azulgrana, ayer de naranja, salieron mordiendo desde el primer minuto, y Rubén, en el minuto 3, enviaría un lanzamiento de falta al larguero. El primer cuarto de hora fue un tuteo incontrolable, un ida y vuelta constante sin respiro. con la posesión de la pelota.
El Menorca se sentía cómodo, no así la Damm. Con todo, la primera gran ocasión del encuentro llegó en una contra rapidísima montada en primera instancia por Gassama, que cedió al extremo Eric, muy rápido y ágil. Pero el centro de éste, cuando estaba a punto de rematarlo Guasch, lo echó a córner Manu.
Fue un espejismo. En la acción contigua, Alberto le roba el balón a Izan en la medular, y tras marcharse por velocidad cede a Lluís Camps, el mejor de los suyos en el encuentro, para que drible de espaldas a Víctor y cruce con la izquierda sobre la salida de Hugo. Un gran gol de los de Vidal, mejores que los cerveceros en el primer tiempo. Así se llegó al descanso, un hecho que cambiaría negativamente las cosas para los visitantes.
Pau, desaparecido en el primer tiempo, hiló dos jugadas muy seguidas que serían decisivas. En el minuto 53 provocó él mismo un penalti de Biel, y lo transformó. Y solo cinco minutos después, en jugada de velocidad por banda, cedió a Eric para que batiese por raso a Enric.
Tras ver cómo le remontaban el encuentro, los mahoneses se vinieron abajo y no supieron volver a meterse de lleno en el partido.