Por vez primera el Penya cayó ayer en un accidentado encuentro en Formentera (2-1). Un partido que empezó mal con la avería del avión y que luego el colegiado quiso cargarse para detrimento del conjunto de Dani Mori, muy enojado ayer con el trencilla.
Sí que es cierto que en la primera mitad el Penya pecó de conservador y de guardar demasiado respeto a los de Luis Elcacho, que comenzaron dominando y con un juego directo que se encontró a un Penya serio atrás y trabajador. Los de Mori sabían como se las gastaba el Formentera, que ya de inicio obligó a Moll a lucirse. Pero Izan rozando el palo y unas faltas laterales que tocó Zurbano entraron el miedo también a los locales. Hasta que el línier se inventa una pena máxima por unas inexistentes manos en el área, que por suerte ataja Moll.
Tras un cúmulo de faltas en contra llegaba el 1-0; Urrea recogió dentro del área el rechace del meta visitante a disparo de Winde y no perdonó. El Penya se rearmó hacia arriba pese a la impotencia de ver que no le dejaban jugar, pero caería el 2-0 local. Bernal logró el segundo para su equipo con un tanto de bella factura en un libre directo desde la frontal.
En la reanudación, con dos incisivos Peña y el renqueante Urbina de entrada, los de Ciutadella salen más directos en el juego, y más descarados. Zurbano acotaba distancias 2-1 a centro del propio Urbina.
Luego, en pleno dominio azulado, Urbina veía como le mal anulaban el empate 2-2 de una peinada y acto seguido el Penya protesta unas claras manos del Formentera en su área, sin ser sancionadas. Luego, Enrich la tuvo rozando la escuadra e Izan combinó con Urbina, que fue blocado en el área sin pitarse nada. No pudo ser.