El fútbol menorquín anda enfrascado en un serio problema. Los campos de césped artificial de la Isla, material de una duración aproximada de diez años en relación a su fecha de implantación, deben ser renovados, en algunos casos como Sant Antoni de Ciutadella, de modo inmediato, en tanto que su vida útil ya ha agotado. Sant Martí de Es Mercadal o el Municipal de Villacarlos son, según los informes técnicos que manejan las instituciones de la Isla, también campos precisados de un nuevo tapiz.