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Rubén, pendiente del teléfono

El ariete de Alaior está sin equipo, a horas de cerrar el mercado, y pese a su preocupación, cree en sí mismo y piensa ya en el extranjero

El futbolista ‘mata’ las mañanas de verano en la Ferretería Carreras de Alaior, negocio familiar de más de 50 años de tradición, con su madre al frente. | Javier Coll

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No todos los jugadores valiosos del mercado de la Segunda División B y que han llevado importantes carreras deportivas se encuentran disfrutando de minutos en algún equipo en este comienzo de la temporada 2016-17. Por diversas circunstancias, hay varios jugadores que en la actualidad se encuentran en búsqueda de equipo o parados, sin cerrar ni mucho menos las puertas de volver a jugar al fútbol. Y en clave menorquina, uno de ellos es el delantero Rubén Carreras (Alaior, 1987), que a escasas horas de cerrarse ya el mercado de verano ve como todavía no sabe dónde jugará este próximo curso, situación extraña para el menorquín que pese a crearle cierta preocupación, la lleva con optimismo.

Rubén, que este pasado curso arrancó en Hospitalet y lo finalizó en el Sant Andreu, reconocía ayer a «Es Diari» que en estos momentos su futuro en el mundo del balompié está «bastante parado. Sí que es cierto que me han llegado algunas propuestas, tanto de Segunda B como de Tercera División, pero no han sido del todo de mi agrado», reconoce el ariete de Alaior, consciente y realista en cuanto a las «pocas perspectivas de que antes de esta medianoche me surja algo suficientemente atractivo para fichar».

Con el septiembre ya encima, el menorquín –que llegó a estar en dinámica del Llagostera de Liga Adelante– de momento se ejercita en solitario, a nivel tan sólo de preparación física y para poder estar mínimamente a punto cuando reciba la esperada llamada. Pese a ser consciente que no es lo mismo entrenarse en solitario que en dinámica de equipo, por ahora no se plantea ejercitarse ni fichar con nadie en la Isla el tiempo que deba quedarse en Menorca, hasta encontrar destino. «La verdad es que no, estoy un tanto parado y a día de hoy descarto fichar con nadie aquí. Tengo claro que quiero salir de la Isla».

Rubén Carreras no quiere usar la palabra 'decepción' para definir su actual estado anímico, viéndose sin equipo. Pero sí admite que viene de un curso 2015-16 «no demasiado bueno», en el plano personal. «Hasta Navidad estuve en el Hospitalet, sin muchas oportunidades; y luego marché al Sant Andreu y tampoco logramos el objetivo de estar entre los cuatro primeros para luchar el ascenso. Sí tuve minutos pero no lograr la meta frustra y ya a principio de verano vaticiné que sería complicado y me costaría encontrar equipo».

Además, añade el delantero, ya no es un chaval de 20 años, «y el tema económico es importante, más viviendo en una isla. Cumpliré 30 años y no es lo mismo que con 25, que me iba pensando en el futuro, viviendo quizás más ajustadamente. Ahora es diferente la situación», señala, reconociendo estar «preocupado» por su futuro futbolístico. «Me encanta el fútbol, es lo que he hecho siempre. Aunque este año, repito, ya me temía que sería difícil y por ello lo llevo mejor que el año anterior, más preparado mentalmente por si ocurría», manifiesta.

Mientras tanto, Rubén Carreras 'mata' las mañanas de este diferente verano trabajando como herrero en su negocio familiar de más de 50 años, Ferretería Carreras, regentado por su madre. «¿Qué tipo de equipo busco? Quizás un cambio de grupo, que me ilusione, en otra comunidad o incluso en el extranjero. Me gustaría y contemplo cambiar de país y ya estoy mirando, sin nada concreto», dice Rubén, que de cada día ve un poco más claro un devenir fuera de España. «Sigo buscando y no descarto irme a la aventura. Veo más factible actualmente marcharme al extranjero», sabiendo que en España, pasada esta medianoche, hasta Navidades no podría fichar ya por un Segunda B.

Una situación de estar en el 'paro' que no le es del todo nueva. «Ya un año me quedé media temporada en el CE Mercadal, en la misma situación. No obstante, en aquella ocasión tenía claro que quería quedarme si no salía nada», zanja este embajador menorquín, que se mueve sin representante. «He mirado Inglaterra y algún país de Europa en general pero quiero verlo muy claro. No pierdo la esperanza, seguiré jugando al fútbol. Ahora falta concretar a qué nivel».

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