Apenas acaba de arrancar esta comprometedora Tercera División 2016-17 pero en el Municipal de Sant Martí ya se ha encendido la luz de alarma, sino en cuanto a la imagen mostrada, sí en lo que se refiere a resultados, con un triunfo y cinco derrotas que le mantienen en zona de descenso. Por ello, el CE Mercadal está obligado hoy a sumar los tres puntos en casa ante un Collerense que está justo por encima de los de Lluís Vidal. Un triunfo menorquín que permitiría respirar en la nave rojiblanca, poco acostumbrada últimamente a estos puestos del miedo.
El equipo de Vidal, que en principio no podrá contar hoy con la participación de los lesionados Robert, Miquel y Jordi, afronta este partido de necesidades tras la dolorosa derrota por la mínima ante el Felanitx en la última jornada. Por ello, sumar se les hace imprescindible si quieren salir del fondo de la clasificación. Enfrente, eso sí, estará hoy en un horario nada habitual el conjunto que dirige Miguel A. Espadas, nada sobrado tampoco pero fortalecidos tras lograr la primera victoria del curso ante el Son Cladera.
Izan Canet
Pese a lo que se pueda pensar o intuir desde el exterior, en el vestuario mercadalenc se respira tranquilidad y convencimiento de lograr sacar adelante pronto esta delicada situación. El propio Izan Canet ve el equipo «bastante bien sobre todo animados y con ganas de hacer un buen partido y ganar ante el Collerense», decía ayer de un Mercadal que es penúltimo. Para el ciutadellenc, al equipo «no creo que le pase nada en especial, pero somos un grupo con muchos jugadores nuevos en Tercera, con poca experiencia. Y eso que para mí hemos competido bastante bien en todos los partidos pero los resultados no nos han acompañado», razonaba, no viendo el partido de hoy «una final, pero es un partido que tenemos que ganar sí o sí si no queremos estar abajo».
En cuanto a la hora (14:15h), «se nos hará un poco raro. Nos la tomamos bien, da igual la hora que tengamos que jugar lo importante es ganar», dijo, «bastante contento por estar en el 'once' y con muchas ganas de seguir así», zanjaba el joven Izan.