Miguel Lamoso es un joven de dieciocho años que ha hallado en el Atlético Villacarlos el espacio idóneo para desarrollar sus motivaciones vitales. A saber, la amistad y el fútbol. Cumple su quinta temporada en la entidad gualdiazul y traspasar el umbral de la instalación municipal supone acumular juicios positivos hacia su persona.
Integrado en el equipo infantil de primer año en calidad de auxiliar -ayudante de material-, su radio de acción va mucho más allá. Xisco Pallicer, coordinador y entrenador de este grupo, ha descubierto en su figura una inesperada y valiosa mano derecha. Casi por iniciativa propia, Miguel se ha convertido en su ayudante y sus apreciaciones las tiene en cuenta. «Tiene mentalidad de entrenador» y sus charlas preceden a las de Pallicer en los pre y post-partidos.