Pese a la relevancia de la decisión tomada por David Pons en esa jugada a poco para el descanso, el conjunto de Juan Romero fue mejor y creció conforme pasaban los minutos mientras el grupo de Raül Capó no encontró su patrón de juego y perdió con claridad la batalla por la zona ancha.
Tras el descanso, una falta grave de entendimiento entre Aram y Joan Taltavull y posterior error del meta, permitió a Jorge marcar el 2-0. Solo superada la hora de partido y con el marcador cuesta arriba, más por desesperación que por su fútbol, generó el Sami situaciones de peligro en unos 20 minutos finales alocados donde los mahoneses, con espacios, pudieron ampliar su victoria, su cuarta Copa.
La final amaneció con dos dibujos idénticos por bando aunque con prontitud se vio al once de Romero más incisivo, presionando la salida de balón del contrario con continuas ayudas y recuperando con facilidad el esférico para dominar el partido y buscando el dos contra uno en bandas para generar peligro.