El peor escenario susceptible de producirse se ha convertido en real para el fútbol menorquín, que con el descenso del Mercadal de Tercera a Regional –en las dos campañas previas, la permanencia ya fue obrada de forma agónica por el equipo rojiblanco; a la tercera ha ocurrido la caída definitiva tras un decenio ininterrumpido en la categoría– y la eliminación de la UD Mahón en la primera ronda por el ascenso ante el Son Verí, queda desprovisto de representación en la liga balear por vez primera desde que el actual modelo de competición se instauró en verano de 1979.
Así, el ejercicio 2019/20, que curiosamente coincidirá con la celebración del centenario del CD Menorca, club decano en el contexto local, la Tercera Balear contará en exclusiva con representación mallorquina y de las Pitiüses en su cuadro de competición. Nuestro fútbol se hace mayor, como acredita la efemérides azulgrana –primera entidad insular en llegar a tamaña ‘edad'– y paradójicamente abunda en su pérdida de competitividad, rango y presencia en un ámbito nacional.