El Villacarlos entra de nuevo en liza. El equipo de Es Castell, que todavía no ha podido celebrar victoria después de tres partidos, se enfrenta en la tarde de este miércoles al RCD Espanyol (Zona Esportiva Sergio Llull, 18 horas), inasequible por contra en los tres partidos que hasta la fecha ha disputado –pleno de 9 puntos para los ‘pericos'–, pero ante el que en cualquier caso el equipo que dirige Joan Melià tratará de vulnerar supuestos vaticinios y quebrar con ello su dinámica consiguiendo un triunfo que se distinguiría tan prestigioso como importante y necesario.
El partido, que el conjunto de Es Castell habría preferido disputar el 8 de diciembre, a lo que se negó el club catalán y la Federación, corresponde a la jornada 1, en su momento aplazado debido a los varios casos positivos por covid-19 que entonces se detectaron en diversos integrantes de la plantilla espanyolista, y aflora, sin margen de discusión, como el examen de mayor rigor de cuanto hasta ahora se ha encontrado el equipo menorquín –y no ha sido poco– en el recorrido de su segunda campaña consecutiva y de su historia en la máxima categoría juvenil del país.
Penúltimo clasificado, con un punto, pero a solo tres del cuarto puesto, y con el paso ya dado de haber podido convertir en pretérita la sensación de ansiedad y urgencia por sumar (lo que hizo en su primer partido, contra el Mallorca, 4-4), el Villacarlos, que además ha demostrado capacidad para competir (en la infortunada derrota contra el Europa, 0-1, o en algunos fragmentos en Girona, pese a que sucumbió 4-0 ante uno de los mejores exponentes del subgrupo), tratará de retar sin complejos a una de las factorías más reputadas del mapa español de formación.