El campo de San Carlos, hogar de la UD Mahón, conmemora hoy viernes sus primeros cien años de existencia, en un acto que tendrá lugar en el marco de la décima edición de la ceremonia de reconocimiento a los jugadores más destacados de la temporada que anualmente promueve por estas fechas la Asociación Histórica del Fútbol Menorquín (AHFM).
El acto, que impulsan al unísono la propia AHFM y el club unionista, será entre los muros del Claustre del Carme a partir de las 19.30 horas, contextualizará un homenaje a quiénes han sido o fueron los jugadores que anotaron goles centenarios para la Unión en San Carlos durante sus diez decenios de cronología y además servirá de preludio de la exposición dedicada al recinto, que estará activa en el mismo Claustre entre los días 9 y 13 de este mes.
Desde estas páginas, y a modo de homenaje del que no deja de ser el escenario futbolístico de la Isla que ha acogido la mayoría de las principales y más grandes conquistas de la Unión y por extensión del fútbol local, repasamos algunos datos relevantes del centenario templo de San Carlos.
Inauguración
El campo de San Carlos fue inaugurado el 24 de agosto de 1924, dos años después de que se fundara la Unión, con un partido entre el cuadro gualdiazul y el Zamora FC de Ciudadela, que terminó en signo local, 4-2. La construcción del campo, que empezó a inicios de aquel año 1924, se ejecutó sobre los terrenos de la entonces conocida ‘Noria den Frare’ y fue sufragada por un grupo de socios y simpatizantes del club mediante acciones suscritas, lo que dio paso a la creación de la sociedad San Carlos S.A. (que décadas después mutó a S.L), propietaria del recinto hasta su venta al Ayuntamiento de Maó, a inicios de 2022, a cambio de 1.8 millones de euros, lo que por otra parte convirtió en propiedad de la Administración el único campo privado que aun contaba la Isla.
La primera gran conquista
Durante sus cien años de vida, el campo de San Carlos, cuya denominación debe al hecho de que su entrada de acceso principal se encuentra ubicada en la calle de ese nombre, ha cobijado infinidad de momentos en clave unionista; el primero de ellos ocurrió con la conquista del campeonato de Balears, en abril de 1926. El partido de vuelta de la final entre la Unión y el Alfonso XIII (actual RCD Mallorca), tras el 1-1 de la ida en Palma se jugó en San Carlos, ganando el cuadro local, 2-1. Miquel Sintes ‘Calucha’, Carlès y el meta Javier eran algunos de los rostros más emblemáticos de aquella mágica escuadra que sumó el primer título de ámbito autonómico del fútbol menorquín. Por esa época, el campo unionista se convierte igualmente en el primero de la Isla en que se disputa la Copa del Rey.
La Tercera Nacional
San Carlos fue el primer campo de la Isla en disfrutar de la tercera categoría del fútbol estatal a raíz del ascenso de la Unión a la antigua Tercera Nacional (luego Segunda B, ahora Primera RFEF) en el curso 1950-51 y tras liquidar al Poblense en la eliminatoria final. Los Geranio, Busquets, Marcial, Van Walré, Nadal y Orlando destacaron en aquel equipo para la posteridad, dirigido por el entrenador de Es Castell Antoni Seguí ‘Cometes’, colectivo al que luego se le sumaron nombres como Antonio Timoner ‘Toto’ o Jacinto Lacueva. El club mahonés, por otra parte, inició entonces un ciclo ininterrumpido en Tercera que prolongó hasta 1972. Cierto que la competición alternó rango de estatal y de autonómica, en virtud de las diversas restructuraciones promovidas por la Federación Española, pero en cualquier caso fueron más de veinte años sin un solo descenso de la Unión. Y de muchas, muchísimas tardes de gloria.
Los años 60
El campo de San Carlos es también el único de la Isla que ha albergado seis fases de ascenso a Segunda División, lo que se dio en los años 1955, 1956, 1963, 1966, 1967 y 1968. En el 55 y el 56 en formato liguilla (Figueras, Eldense, Levante, Mallorca, Tortosa, Alcoyano, Tarragona o Mestalla, algunos de los adversarios que desfilaron por el feudo unionista) y las cuatro siguientes por eliminatorias, tres de ellas como campeones de Tercera y en el 68, curiosamente la que más cerca estuvo el ascenso, como subcampeones.
Aquel fatídico año 68, la Segunda División se reducía de dos a un grupo, lo que incrementó de dos a tres los cruces a superar. La Unión dejó atrás a Gandía y Tarragona, lo que en otros años habría significado el ascenso, y en el tercero se emparejó con el Burgos, que venía de ser noveno de su grupo en Segunda... Triunfo 2-1 en un abarrotado San Carlos, con el infortunio de que el gol encajado fue en propia meta, y superados en El Plantío, 4-1. Tres años después, aquel mismo Burgos ascendió a Primera…
Acisclo Domínguez, Lorenzo Sánchez, Bustillo, Planas, Ramón Finestres, Alconchel, Robles, Sotoca, Delfín Madrid, los metas Ramón y Sintes, Boy, Mingo Rosselló, Massanet, Tolo Rosselló, Sampol, Justo Olives, Manolete, Juan Miguel… la lista de ‘jugadorazos’, locales y foráneos, que pasaron por el equipo unionista y por San Carlos en aquel tiempo es inmensa, con José Valle primero, y Manolo Martín Vences después, ocupando el banquillo.
Más brillo
El ascenso a Tercera Nacional de 1973, obrado tras superar al Arechevaleta en una tanda de penaltis en suelo vasco en la que el meta ‘Chicha’ Tudurí se vistió de héroe parando tres penas máximas, se encauza en San Carlos (3-0), siendo por tanto aquella la última eliminatoria por acceder a una liga estatal que alberga el campo, como lógicamente también el curso 73-74 es el último en una categoría estatal que se vislumbra en el recinto alojado en Ses Tanques del Carme, que curiosamente por unos meses, en el 75, incluso tuvo al desaparecido Sporting Mahonés jugando allí de local, y años después, en el 82, fue marco para un circo.
Los ascensos a Tercera de 1980 y 1990, ambos como Seislán, y los últimos éxitos de la entidad, como los triunfos en la Liga Regional de 2017 y 2019, lo que equivalió a jugar para ascender al grupo balear de Tercera RFEF, se contarían como los últimos grandes registros que ha visto el recinto de San Carlos, un templo centenario.