La carrera de Aitor Guarino Vidal (Sant Lluís, 1997) continúa progresando en línea ascendente con el paso de las temporadas.
El menorquín, que entró a formar parte de la estructura del Atlético de Madrid en el verano de 2023, está totalmente afianzado en la misma dos años después de su aterrizaje en la Ciudad Deportiva de Majadahonda como responsable del trabajo de fuerza y desarrollo de patrones de movimiento del equipo al que sea asignado según la temporada.
Habiendo pasado primero y de manera simultánea por el cuerpo técnico del Cadete B y el Alevín A en la temporada 2023-24, en la pasada ya subió de categoría y pasó a encargarse del Cadete A y el Infantil A. No obstante, desde que comenzara la pretemporada hace apenas unos días, el lluïser ha pasado de trabajar en turno de tarde a hacerlo en turno de mañana. Es lo que tiene subir al cuerpo técnico del Juvenil B, otro pasito más cerca del primer equipo, al igual que sus jugadores.
Y es que Guarino lleva tres años acompañando a los chicos de la generación 2009. El hecho de compartir tanto tiempo con ellos estas últimas campañas ha acabado derivando en una gran relación personal. «El ambiente es muy bueno, tanto en lo profesional como en lo personal. Tengo muy buenos amigos y compañeros de trabajo. Tengo la suerte de llevar tres años con la misma generación, por lo que pasamos muchas horas juntos y ya los conozco muchísimo», cuenta.
Interés por entender el juego
Pese a hallarse ahora mismo en la fase incipiente de su carrera, el joven menorquín ya está comenzando a definir la misma.
Esta siempre se ha guiado a partir de su pasión por el fútbol, la cual nació en casa a través de la figura de su padre José Guarino, quien es entrenador, y empezó a coger forma con otros técnicos excelentes en el fútbol base insular, como es el caso de Juanan Coll. De hecho, Aitor le siguió en su etapa como jugador para cambiar los colores del CCE Sant Lluís por los del CD Menorca, siendo precisamente estos dos clubes los que le dieron su primera oportunidad profesional en la Isla.
Primero en Ses Canaletes, donde se inició como preparador físico del club y pasó a ejercer como entrenador del primer equipo en la recta final de la temporada 2020-21, lo que le despertó cierto gusanillo por entrenar. «Lo disfruté muchísimo y creo que los jugadores también lo hicieron. Me llevé una primera experiencia que fue muy buena», recuerda.
A partir de esa «curiosidad» por «entrenar y entender el juego», ya se había ido sacando los cursos de entrenador durante la carrera de INEF que cursó en Lleida. Allí, en sus dos últimos años de estudiante, estuvo vinculado al Lleida Esportiu —club al borde de la desaparición en la actualidad— como entrenador de porteros y ayudante en los cuerpos técnicos del juvenil División de Honor y del filial. «Cuando te quieres dedicar al mundo del fútbol, todo ese conocimiento te ayuda», opina.
Toma de contacto con la élite
Pero al llegar al CD Menorca en calidad de segundo entrenador del juvenil Nacional y preparador físico del cadete, Guarino también comenzó sus labores de readaptador, incidiendo en el trabajo de gimnasio con aquellos jugadores lesionados.
Esa experiencia le vino de perlas durante su máster de modalidad híbrida de Reeducación Funcional en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el cual le acabaría abriendo las puertas del Atlético de Madrid gracias a sus compañeros. Además, gozó de un curso exprés durante quince días conviviendo con el cuerpo técnico del primer equipo del Celta de Vigo, entonces encabezado por el entrenador portugués Carlos Carvalhal. «Ahí es donde realmente ves el día a día de un equipo profesional. Yo estaba más metido en el departamento de readaptación y entrenamiento de fuerza con un excelente profesional como Pedro Docampo, que fue mi mentor. Estuve muy bien con él y Carvalhal. También coincidía con Claudio Giráldez, el actual entrenador, que en ese momento estaba en el filial», comenta.
«Algunas tardes también me iba con el Juvenil A y el Celta C para tratar la parte de readaptación de lesiones. De hecho, el readaptador con el que coincidí, Jose Chao, ya está también en el primer equipo. Al final estuve con todos los que están ahora arriba: Hugo Álvarez, Hugo Sotelo, Damián Rodríguez...», enumera.
Expectativas de futuro
Cuando acaba la temporada y llega el verano, Aitor Guarino no descansa y continúa ayudando desde casa a jugadores locales durante su pre-pretemporada. Es el caso de Xavi Sintes, jugador del Córdoba en Segunda División, o de Álex Quevedo, portero del filial del Villarreal, entre otros de Tercera RFEF o juvenil con los que Aitor guarda una gran relación personal.
Durante sus cinco semanas de ‘vacaciones’ en la Isla, cuatro las aprovecha para preparar a estos jugadores y, al mismo tiempo, ayudar a deportistas de otras disciplinas o personas de a pie en su rehabilitación.
De hecho, en un futuro no descarta dedicarse a tiempo completo a ese tipo de readaptaciones, pero su sueño lo tiene claro. «Me encantaría llegar a un primer equipo y que fuese en España. Aunque me llama la atención trabajar fuera, como por ejemplo en la Premier League, que debe ser algo top, tengo muy claro que quiero vivir en España», explica el menorquín.
Enhorabuena!!! Eres bueno y lo tuyo te ha costado tú profesionalidad. Ejemplo de superación diaria y constante.