A pocos días para que arranque su segunda experiencia olímpica, Paula Barceló prepara junto a Támara Echegoyen -abanderada española junto al mallorquín Marcus Cooper Walz- el reto de colgarse una medalla en aguas de Marsella, campo de regatas de las competiciones de vela de los Juegos de París. El estreno para la clase 49erFX será el domingo 28 de julio para el 1 de agosto estar en la Medal Race y sacarse la espina de Tokio, cuando acabaron cuartas y a nada del podio.
«Aquí lo importante es ser determinante», aseguraba la regatista del Club Nàutic s'Arenal y campeona del mundo de 49erFX en 2020, quien tiene claro que «no hay que dejarse nada en el agua ni para el día siguiente. Los errores forman parte de la competición y durante los Juegos aprendes cada día», añade Barceló, primera y única regatista olímpica balear. De aquella experiencia en Tokio valora Paula Barceló que, «si no hubiera sido por ese cuarto puesto, a lo mejor no estábamos aquí ni Támara sería la abanderada. Eso nos movió a seguir delante y mantener vivo ese sueño una campaña más».
Se sienten Paula y Támara «en buen estado, preparadas», sin haber dejado «nigún cabo suelto» por lo que se echarán al agua de Marsella «con ganas y ambición» para ganar la única medalla que les falta en su palmarés. A su vez, Barceló no puede esconder el «orgullo» que supone competir junto a la abanderada en la apertura del 26 de julio. Además, confiesa la mallorquina el consejo que le han dados sus familiares, regatistas también. «Que disfrute de la experiencia, de lo que estás viviendo, aprovechar el momento. Y es importante porque cerramos demasiado el foco en el rendimiento y nos olvidamos de la grandeza de lo que estamos viviendo. Al final, estamos en unos segundos Juegos y a lo mejor son los últimos juntas. Por eso, estos Juegos hay que vivirlos, disfrutarlos y darlo todo», relata la isleña.
No pueden pasar de largo el duro golpe que fue el cuarto puesto de Enoshima en 2021, pero saber superarlo y asimilarlo ha sido una de las claves para reiniciar el reto. «Es importante pasar ese duelo, conseguir sacar lo positivo, el aprendizaje de los Juegos. Yo me quedo con la tranquilidad de haberlo dado todo en el agua», comenta al respecto, dejando claro que «el resultado llega en unas competiciones y en otras no, pero nuestra obligación es dejarlo todo en el agua».
Del campo de regatas, conocido de sobras por Paula y Támara, destacan las condiciones cambiantes, aunque «nos gusta a todos», pero son sabedoras de la dificultad de afrontar las pruebas y la necesidad de ser regulares de principio a fin para tener opciones de estar entre las tres mejores y alcanzar la gloria olímpica en Marsella.