El nadador español Hugo González, campeón del mundo de 200 espalda, se mostró tranquilo este jueves en París pese a que el foco mediático le señale como la gran esperanza del equipo español para subir al podio en los Juegos de 2024, ya que ha transformado la «presión» en su «pasión» por nadar en la piscina.
«No hay presión. Estamos por la pasión que tengo por este deporte que nos une. La piscina mide lo mismo, 50 metros. No hay presión, sólo pasión», recalcó el nadador que emigró a Estados Unidos buscando métodos y rivales junto a los que crecer en rueda de prensa en el área internacional de la Villa Olímpica.
Para González, el hecho de que sus principales rivales por el podio olímpico en los 200 espalda sean sus compañeros de entrenamiento en California (Estados Unidos) «lo hace más fácil». «Son gente que estoy viendo todos los días, excepto este mes y medio último que me he entrenado en España. Que tus rivales sean del mismo grupo de entrenamiento y hayas estado haciendo lo mismo que ellos es mejor», reiteró.
A su lado, Jessica Vall afirmó que la «edad es un número», ya que a sus 35 años esta bióloga disputará sus terceros Juegos tras los de Rio 2016 y Tokyo 2020. «Sigo poniéndome nerviosa y eso es importante porque eso significa que te importa nadar para tu país. Tengo ganas de hacerlo con la ambición y la fuerza con la que lo he hecho esta temporada», señaló.
Después de los Juegos de Tokio, el cuerpo le pidió a Vall un parón a nivel mental y una preparación menos exigente. «Hablé con mi entrenador y estuve dos años para estar en forma, pero no al máximo rendimiento, y en el último año y medio nos hemos puesto las pilas, con concentraciones en altura para mantener la carga aeróbica y poder recuperar bien», explicó.
Sonríe cuando le recuerdan su edad y que sigue en la cumbre. «Yo misma me pregunto qué hago aquí. Justo cuando acabas unos Juegos tienes que pensar en los siguientes y en Tokio no me pasó. Eso fue como algo desencadenante para preparar mi retirada. He cambiado mi visión de la natación, que no ha sido mi prioridad hasta hace un año y medio», relató.
En este sentido, Vall repartió agradecimientos para justificar su presencia en la capital francesa. «Esto se lo debo todo a mi entrenador, a mis compañeros, a mi club, que han creído en que una chica de 35 años podía estar en unos Juegos», agradeció. Por su parte, Arbidel González dijo que llega a Paris 2024 a «ganar experiencia» y «progresar». «Hay que intentar entrar en una semifinal, dando tu mejor versión y con presión ninguna», apuntó, mientras que la debutante Emma Carrasco habló del reto e ilusión de su primera experiencia olímpica. «Los nervios siempre están porque te importa nadar por España, pero presión no tengo. No tengo nada que perder y vengo a aprender mucho de los atletas que son referentes mundiales», reconoció.
Hija de Jordi Carrasco, olímpico en Sydney 2000, admitió que su padre ha sido un «referente» y que quiso emularle. «Me dije que quería vivir esa experiencia olímpica. Es todo un orgullo haber seguido sus pasos y haberlo conseguido. La natación a nivel familiar es un pilar muy importante», celebró la pupila de Sean Kelly, el seleccionador que puso el foco en Los Ángeles para lograr resultados y al que Hugo González puede acortarle los plazos.