Miquel Ripoll es una persona conocida dentro del mallorquinismo. Su papel crucial en la temporada de Segunda B con la creación de la Penya Universitària de Barcelona y su posterior gestión le hicieron coger voz gracias a sus iniciativas en los desplazamientos alrededor de Cataluña y la Comunidad Valenciana con el RCD Mallorca. Ahora, cinco años más tarde, ha hecho saltar su protagonismo por los aires y se ha convertido en el MVP del Mundial de Qatar por un día.
El 7-0 de España en la primera jornada ante Costa Rica fue el escenario perfecto para sacar a relucir su bandera nacional con el escudo del Mallorca en el centro. Una enseña personalizada. «La encargué a Valencia precisamente para traerla a Catar. Tenía que llevar una bandera con el escudo del Mallorca presente», comenta Ripoll, que llegó a Doha a través de un sorteo que organizó su empresa. «Gané y la FIFA se puso en contacto conmigo. Podía quedarme todo el Mundial con el alojamiento pagado, pero sigo trabajando en remoto», afirma.
Su sueño mundialista fue aún mejor tras el 2-0, obra del también mallorquín, Marco Asensio. «El resultado ya es increíble, imagínate lo que sentí tras el gol de Marco y poder vivirlo en el campo. Además, había un gran ambiente entre todos los españoles presentes», comenta Miquel. «Es un partido para el recuerdo, que creo que nunca olvidaré. La primera vez que veo a la selección en un Mundial y un 7-0», confiesa el aficionado bermellón afincado en Barcelona.
La bandera mallorquinista que ha recorrido todos los rincones de las casa de Mallorca le ha dejado trastocado y confiesa que no se lo esperaba en la vida. «No tiene sentido, parece que he sido el MVP. Ya se hizo viral la foto que subió el Mallorca y después del partido ya tenía cientos de mensajes», afirma. «Mi intención no fue hacerme viral, siempre me ha emocionado ver a gente haciendo referencia a la isla o al club es un éxtasis, así que no podía perder esta oportunidad», insiste. Su felicidad tras la victoria de España, contrasta con la decepción del partido inaugural. Envuelto en la polémica de la huida de público catarí en el minuto 66, Miquel quedó impactado ante el comportamiento de la afición local. «En mi primer partido no esperaba este ambiente. El campo medio vacío en un Mundial que compran y quieren hacerse suyo», avisa.
Por otro lado, su experiencia en un país tan peculiar como Qatar es tan extraña como se puede intuir tras lo visto en la televisión. «Es una sociedad muy suya, es complicado entender como pueden gestionar todo lo que tienen montado. La artificialidad de las infraestructuras impacta y da la sensación de querer aparentar», informa desde Doha, donde además, la polémica de los aires acondicionados también la viven los aficionados y no es un problema exclusivo de los futbolistas. «Está en marcha por todo y a todas horas. Es un despilfarro energético brutal. En el estadio hay tubos de aire en cada asiento», afirma impactado.
Miquel entró en Qatar gracias al sorteo, pero tuvo que sacarse un visado especial para acceder al país en las fechas mundialistas. «Es como un pasaporte digital en la que tienen toda la información tuya dentro del país. Si no la tienes en vigor no puedes entrar en los estadios», asume. Sin embargo, la convivencia en el país, es totalmente normal y además, con la compañía de los españoles y un mallorquín más le han hecho mucho más fácil la experiencia. «Nos tienen en una especie de apartamentos con otra gente del mismo país y he coincidido con un mallorquinista en la habitación», finaliza.