El fútbol le dio ayer una monumental patada para el que lo buscó. El CE Alaior vino a Palma a plantear un partido abierto, buscando la portería contraria. Y el premio fue llevarse como equipaje extra de vuelta a Menorca tres goles y cero puntos en su bolsa de mano (3-0). Y aunque parezca imposible de entender, los de Joaquín Andújar sólo cayeron a raíz de errores puntuales que, en esta ocasión le costó muy caro al once albinegro.
Antes del 1-0, David Mas y Manolo Calero tiraron a la cuneta dos ocasiones claras para adelantarse en el marcador. Después, en la primera aproximación al marco de Toni Riudavets, el saque de esquina botado por Nando fue cabeceado por Toni Martí. Con el 1-0, nada cambió. El fútbol y las ocasiones las seguía poniendo el Alaior. Ignasi, en magnífica acción individual envió el balón al larguero desde unos 45 metros mientras que Calero, con la testa, desaprovechó el magnífico servicio de su compañero Basili. Por parte local, otro cabezazo de Toni Martí que casi repite y un gol anulado a Espadas fueron el preludio de lo que fue el segundo mazazo para los de Andújar. Balón perdido en la medular alaiorense, Nando que coge la directa por su flanco derecho, y sobre la salida de Toni le cuela el balón por debajo de su cuerpo. Dos a cero, descanso ... injusto pero real. Los segundos 45 minutos fueron un claro ejercicio de impotencia visitante. Pese a jugar el Ferriolense casi 40 minutos del segundo tiempo con un hombre menos por expulsión de Martí, nada cambió sobre la cancha. Andújar, con 2-0, adelantó al equipo, dejó su zaga reducida a tan solo tres futbolistas, y el Ferriolense lo vio claro: balones a sus rápidos puntas, Peset y Fede. Éste último, en los albores del encuentro, sentenció la contienda pese a que con anterioridad Calero e Ignasi lo tuvieron en sus botas. Jugar como nunca para perder como siempre. Una frase de un mito, Alfredo Di Stefano que sirve de perfecta sinopsis de lo que fue el partido del CE Alaior ante el Ferriolense. Y todo ello, pese al 3-0 final. Derrota dolorosa.