Por qué poco. La tragedia sobrevoló ayer Maó y a punto estuvo de posarse en Bintaufa cuando el Valencia Mestalla ganaba 1-2 en el minuto 94. Menos mal que en esa especie de caos que se forma cuando se busca el gol a la desesperada, en el todo por el todo, apareció el ferreriense Jeroni, que se disfrazó de delantero y fue capaz de regalarle el empate a su equipo (2-2) en un partido que debieron resolver al iniciarse el segundo tiempo. Pero no lo hicieron y al final, topicazo al canto: "Quien perdona, lo paga".
Dos puntos que vuelan. Sin que todavía ninguno de los dos contendientes hubieran hecho méritos o deméritos para con el partido, Guillem Martí, siempre Guillem, recibió un balón en largo y ajustado del capitán Moyano, con el que puso el 1-0 con un toque sutil y preciso. Corría el minuto 6 y los fieles al blanquiazul de Bintaufa, que dejaron el baloncesto para otra ocasión, vieron recompensado su ímpetu.
El planteamiento ofrecido por Joan Esteva no varió en exceso de lo que el municipal ha visto a lo largo del año, mientras que el de su homólogo visitante sí que resultó una versión más agresiva de la que acostumbra con el ex sportinguista Juan Pablo y el talentoso Michel en ataque. Afortunadamente, durante los primeros 45 minutos, no hubo apenas rastro 'che' sobre el terreno de juego, si acaso, en los miembros del Centre Valencià de Alaior, que se encargaron de recibir al hermano pequeño del equipo de Primera División y ejercer de anfitriones. Esta condición le pesó más de lo que parece ya que sus jugadores, sobre todo la línea de medios, apostó por un juego más bonito que no fructificó. El Sporting, con la ventaja del gol, buscó el segundo en ocasiones de Guillem, como una volea a pase de Trujillo que se marchó fuera, en el 25. La otra oportunidad clara llegó en un centrochut de Iray al que no llegó Trujillo, aunque el colegiado consideró fuera de juego.El Valencia no asustó en exceso, realmente molestaba, con cada balón en largo y por alto, en el que Juan Pablo aprovechaba sin suerte su envergadura. El descanso llegó cuando más lo necesitaban los dos equipos.Sin cambios en la reanudación, con un Sporting Mahonés que gozó de tres ocasiones seguidas de Guillem y Trujillo, aunque la suerte cambió el blanquiazul por el blanquinegro valenciano.
Porque la segunda parte fue un carrusel de ocasiones malogradas por los locales, que fueron incapaces de materializar ninguna, a pesar de que Ismael López, que fue de sobras el mejor de los mahoneses ayer, firmó un par de jugadas que dejaron a sus compañeros con todas las opciones del mundo.El partido cambió en el minuto 72 en una falta lejana que Sergio coló por la escuadra izquierda de Moso. 1-1 y carraspeo en Bintaufa, que se tornó temor cuando en el 78 David Sánchez derribó a Casas en su área y sirvió en bandeja el 1-2 a Juan Pablo, que tras una pequeña discusión a cerca de quién tiraba el penalti con algunos compañeros de su equipo, chutó y marcó, engañando a Joaquín Moso y pidiendo perdón al que fuera su público. La reacción del Sporting Mahonés, que no supo matar el partido cuando debió, fue optar por el caos de atacar todos a la desesperada. Y le fue bien, en parte, porque Jeroni supo marcar y amarrar un punto que ya hacía cola en la puerta de embarque hacia Valencia. Los de Joan Esteva siguen sin perder en el 2010 y ya son ocho jornadas.