El aire se impregna de un olor que engancha, que recuerda a Menorca. Una mezcla embriagadora del susurro del campo, del abrazo del sol, que se está desperezando poco a poco, a una tierra que recupera su tono verde vida, y el olor que envuelve a un caballo. Su sudor, el cuero de la silla con la que lo montan, el ruido de las espuelas, las palabras que el jinete le revela suavemente al oído al animal y que desvelan un vínculo especial, una unión única, una especie de amor con cierto aire de complicidad y sin olvidarse del dominio de uno sobre otro. No es el jaleo. Es mucho más. Es la equitación, el salto de obstáculos, la doma clásica y la doma menorquina. Es una forma de vida.
Joan Barber es el director de la Escuela Hípica de Alaior, que actualmente cuenta con unos 45 alumnos repartidos en unas 200 clases semanales. "Entrenamos desde la base de la equitación en general, para cualquier principiante. La base incluye el equilibrio, la soltura en el control del caballo y a partir de aquí se enfoca el trabajo hacia una competición escolar o de más nivel", explica Barber que revela que "no fijamos un plazo para el desarrollo de un jinete, no es tan fácil como coger un balón o una raqueta, en este deporte está el caballo y lo más importante es que el jinete se adapte al equino". Este factor varía en función de la habilidad del alumno ya que en el periodo en la escuela los caballos se van rotando, hasta que el aprendiz no opta por hacerse con un caballo propio.
Las dos habilidades que se trabajan en Alaior son la doma clásica y el salto de obstáculos. "La diferencia es que la doma es la base de toda la equitación, de aquí se pasa a la doma clásica que perfecciona los movimientos y la gimnasia del caballo, mientras que los saltos buscan superar los obstáculos con la base de la doma, pero algo más arriesgado".
Pero este deporte no precisa de ningún requisito mínimo. Es caro, sí, y peligroso, también, "siempre que el monitor no cuide los detalles de las clases, como por ejemplo a la hora de asignar un caballo a un jinete". "Cuando un alumno empieza no le pedimos nada especial, nos informamos si tienen una discapacidad o un problema físico para poder adaptarnos a ellos, como por ejemplo con la equinoterapia, pero por lo demás no buscas una cualidad específica porque van creciendo y luego se adapta el caballo a su físico", matiza Joan Barber. A la hora de señalar los beneficios que aportan a sus practicantes, el director de la escuela de Alaior desvela que "aprendes a relacionarte con un medio natural, comprender la forma de pensar y de vivir que tiene un caballo; creo que tienes una visión más natural de la vida, así como mejorar la paciencia porque a diferencia de otros deportes, cuesta mucho mejorar porque dependes de un ser vivo que a veces te entiende y otras no, necesitas un trabajo del día a día para que uno se adapte al otro".
Los caballos siempre han ido acompañados de un aura que endiosa la relación entre jinete y animal. "Es cierto que existe, tanto el jinete como el caballo se tienen que llegar a conocer, pasan mucho tiempo juntos y se crea una relación muy bonita pero siempre se tiene que dejar claro lo que puede y lo que no puede hacer el animal".
Uno de los aspectos más complicados con los que se encuentra este deporte es con el dinero. "Ir a competir a la Península es muy caro porque tenemos que buscar instalaciones donde poder dejar al animal, hospedaje para nosotros y el transporte, por lo que es donde más problemas nos encontramos porque las ayudas públicas están, pero son pequeñas para el gasto que nos supone", admite Barber que reconoce que "la gran lacra que tiene Menorca en este deporte es la falta de instalaciones para poder hacer competiciones, porque de los clubes que había sólo quedamos Alaior, Ciutadella y Maó, a parte de los clubes privados, que son otro tema a parte, y las pistas para competir están limitadas".
La gran cita anual: el campeonato nacional de saltoLos amantes a este deporte cuentan con su cita más importante los días 18, 19 y 20 de junio, cuando se disputará el campeonato nacional de salto en las instalaciones del club de Alaior, que contará con jinetes de la Isla, así como unos 60 que vendrán de las otras islas o incluso de la Península. La semana antes, y como excelente preparativo, tendrá lugar la copa de Menorca de salto.
En el calendario de pruebas que se celebra durante la temporada, que va desde enero a noviembre, destacan la prueba de la liga de doma y salto que se realizará en el club de Ciutadella el 23 de mayo, así como una prueba más en Ciutadella de doma clásica, que se celebrará los días 1 y 2 de mayo.
Este deporte además, cuenta con importantes pruebas tanto en Mallorca como en Ibiza, por lo que los clubes deben desplazarse con el importante coste que eso supone. Para faclilitarle las cosas, el Consell Insular, como en otros tantos deportes federados, se encarga del precio del billete tanto de las personas como de los animales, para que puedan desplazarse todos.