El ViveMenorca acabó citando anoche a su enconado rival, La Laguna, a un duelo definitivo que tendrá lugar mañana domingo en el Pavelló sito en Bintaufa. Mañana, por tanto, y no ayer, como hubiera sido cardiológicamente más aconsejable, se decidirá el acceso a la final por la plaza de ascenso a la ACB. Pese a su derroche físico no pudo el combinado mahonés mantener la misma entereza que había tenido el viernes y acabó siendo víctima del último y desesperado intento del equipo canario que esta vez sí, procesó adecuadamente el apoyo de su entusiasta e infernal afición para empatar la eliminatoria (81-76) y ganarse el derecho a soñar en Maó dentro de 24 horas.
Las quejas destinadas a sensibilizar a los árbitros que emanaron del club canario tras el miércoles hicieron mella en el arbitraje y los contactos en la zona dañaron en demasía a los mahoneses.
La temperatura premeditadamente caldeada por el club canario tras la derrota del miércoles aumentó el grado de hostilidad contra el Menorca que tardó muchos minutos en entrar en el juego. Olmos repitió la exitosa disposición del miércoles con Victor sobre Donaldson pero fue La Laguna quien marcó primero la línea (6-2). La máxima tensión y la fortaleza defensiva de ambos detenía el marcador. Umeh cometía dos faltas sobre Yáñez y se iba rápido al banco mientras Guillén también sacaba dos a Turner y abría una primera brecha en el luminoso (13-4, a 2 minutos). Buscaba el perímetro sin rebote ofensivo el Menorca con unos porcentajes pésimos. Fue Marc Fernández, en un par de contraataques quien paró el primer golpe para alcanzar el final del cuarto con un 15-11 que era la mejor noticia para los mahoneses tras casi seis minutos anclados en los 4 puntos iniciales.
Nada más reanudarse el juego el ViveMenorca forzó el primer empate a 15 puntos. La Laguna hacía una incursión en la zona y los triples de Garrido y Cage le devolvían el mando (21-15). El Menorca no veía el aro rival, con problemas para ordenar su ataque estático, sin pisar la pintura porque Olmos reservaba a Turner en el banquillo. La dureza defensiva se mantenía en ambos bandos aunque la rapidez de Donaldson le permitía zafarse de Urko y mantener a su equipo por delante. Las ayudas de Diego Sánchez habían desaparecido tras cometer su tercera falta y sin tiro exterior el Menorca subsistía atrás para llegar al ecuador del partido con un 32-27.
Un triple de Guillén de salida fue la peor noticia para el cuadro menorquín. La Laguna ponía una brecha de 9 puntos (36-27) y sólo dos triples de Ciorciari impedían la rotura prematura del choque. Pero Turner, ingenuo, rápido cometía dos faltas y con 4 se iba al banquillo (42-35, a 6 minutos del final). Pérdidas y ataques deslabazados en el Menorca aupaban de nuevo a los locales que alcanzaban su máxima ventaja (45-35). Pero entonces, por fin, aparecía Umeh para clavar dos triples consecutivos que volvían a comprimir el luminoso (46-43) para acabar entrando en el tramo decisivo 'sólo' tres puntos abajo (51-48).
Aguantó un nuevo tirón el ViveMenorca tras dos triples de un pletórico Richy Guillén (62-54). Ciorciari acudió al rescate pero la grada era un clamor y La Laguna, pese a la eliminación de Rost aguantaba el tipo merced a las prestaciones ofensivas de sus dos MVPs. Con 67-61 un 2 más uno de Turner y un triple de Ciorciari a poco más de dos minutos del final (69-67) hicieron concebir máximas esperanzas pero en la jugada siguiente todo se vino abajo. Guillén anotaba un nuevo triple y Turner hacía una falta posterior, la quinta, que valía dos tiros libres para Yáñez. Aunque sólo anotaba uno, el marcador se iba a 75-68 a 1'28 del final que ya sería irrecuperable a pesar que tuvo su opción al situarse a 4 y tener dos posesiones malogradas por Umeh y Ciorciari para pelear el partido. Algo que tendrá que hacer mañana en Maó bajo el manto protector de la afición menorquina que debe dejarse sentir como ayer hizo la canaria.