La selección española volvió a tropezar en la misma piedra, en la del partido inicial de una gran competición, como sucedió el año pasado en el Europeo ante Serbia, y esta vez fue ante Francia, por seis puntos 72-66. El debut del menorquín Sergi Llull en un Mundial no pudo ser más aciago ya que el base sólo pudo aportar tres puntos en la sonora derrota de España.Los partidos iniciales siempre se les dio mal a los campeones del mundo, pero más importante incluso que la derrota es la mala imagen que transmitió, sin chispa, sin ideas, sin soluciones...Es cierto que ambos rivales apostaron por la defensa, lo que unido al escaso acierto en ataque dio lugar a un paupérrimo marcador al descanso, 27-28 para los españoles.
Con Marc y el quinteto inicial de nuevo en pista tras el paso por vestuarios, España volvió a recuperar parte de su chispa habitual, y parte de poder de defensa e intimidación, efectividad en ataque y, en definitiva, ventajas y tranquilidad en el marcador. Aunque no fue fácil ni rápido.
El partido se volvió farragoso, denso, indescifrable para los jugadores, hasta el punto que después de haber disfrutado de ocho puntos de renta en varias ocasiones, el tercer cuarto volvió a terminar con un solo punto de ventaja española, 43-44.
El equipo no carburó bien en ningún momento y Francia volvió a adelantarse 53-50 a falta de cuatro minutos. Con Marc Gasol, Rudy, Ricky y Navarro a mitad de rendimiento España no pudo hacer nada y se le escapó la victoria.