Pues si realmente "hemos vuelto para quedarnos", como proclamaba Paco Olmos la pasada semana en estas páginas, el procedimiento más convincente para creerlo es el visto ayer por la mañana en Bintalfa. El Menorca estrenó su regreso a la ACB por todo lo alto con un triunfo inédito (73- 61) porque siempre había perdido en sus estrenos, tan fundamental como prometedor frente a un enemigo directísimo, el Valladolid.
A partir de una disposición sorprendente en el tercer cuarto y con protagonismo de secundarios tales como Caio Torres, Rafa Huertas, y un Cuthbert Victor enorme cuando actuó en la pintura y no como alero, el grupo local se apropió del rebote y se llevó el hermoso premio para deleite de una afición fantástica.
Dos triples consecutivos de Ciorciari fueron la mejor tarjeta de presentación para el Menorca en el inicio del juego. La defensa mixta de Porfirio Fisac, sin embargo, consiguió detener los balones interiores a Rade y Donaldson, al tiempo que el Valladolid tiraba de su eficaz perímetro para colocar un parcial de 0-7 que le puso por delante (6-9). Van Lacke y López podían con Limonad y Victor (12-16, a 2'01) y Barnes se hacía un hueco en la pintura. Pero Ciorciari iba por libre y convertía dos nuevos triples antes del primer parón (4 de 4). Un triple más sobre la bocina de Robinson, pese a la defensa en zona del Menorca, devolvía la mínima ventaja al Valladolid (18-19).
Olmos puso a toda su segunda unidad en pista para reanudar el choque con Caio y Urko por dentro, Servera, Sánchez y Huertas por fuera. Las rotaciones conjuntas elevaron la intensidad defensiva del Menorca que, de nuevo en zona, cerraba espacios y ofrecía una notable defensa de anticipación.
Martín y Barnes, no obstante, encontraban algún balón interior con el que mantenían a los suyos por arriba hasta que un triple de Diego Sánchez restablecía la igualada (28-28) a 5 minutos del descanso.
El Menorca ganaba el rebote y provocaba faltas que le llevaban al tiro libre pero se veía impotente para conectar con Radenovic, y el resto de interiores en la pintura por lo que el choque se mantenía extremadamente igualado con el permiso de Barnes y una postrera canasta de Báez que permitían mandar al Valladolid al paso por vestuarios (33-37).
Un parcial de 4-0 tras ejecutar su primer contraataque supuso un nuevo empate en el luminoso (37-37). Victor se entonaba en el perímetro pero eran ahora los interiores Barnes y Báez quienes marcaban la diferencia ante Rade y un inoperante Donaldson. Olmos le sustituía por Caio y un triple de Stanic ponía la máxima ventaja del partido para los pucelanos (41-47 a 4 minutos del final del cuarto).
Ciorciari se iba al banco con un golpe en la nariz y renacía el espíritu de Bintalfa con una defensa acompañada por el clamor de la afición y los errores en varias canastas sencillas del Valladolid. De esta fusión surgía un parcial de 8-0, con triple final de Caio Torres sobre la bocina que daba ventaja al Menorca para encarar el último tramo (49-47).
En una trama experimental, Olmos había dado con la tecla al situar a Victor al '4' junto al pívot brasileño crecidísimo y dos escoltas, Huertas y Limonad, en pista, junto a Servera. El Menorca se adueñaba del partido ante la defensa zonal del Valladolid que se mostraba impotente frente a un Victor colosal en el poste bajo.
El parcial arrastrado era de 21-4 (62-51) a 3'08 del final. Olmos mantenía el control ahora con sus dos bases en pista, y el Pavelló rememoraba sus grandes citas con la ACB para festejar como se merecía, el exitoso regreso a la gran Liga, aderezado además, con un average fantástico.