El Alcázar se marchó del Toni Servera con una dura paliza en el histórico debut en EBA ante uno de los huesos de la categoría, el Platja de Palma. La experiencia y la veteranía del cuadro local se impusieron a la fuerza e ilusión de un Alcázar que estuvo dentro del partido hasta el final del tercer cuarto, cuando las fuerzas se vinieron abajo y las distancias con el Palma empezaron a verse realmente lejanas. El fallo en el rebote ofensivo por parte de los de Lluís Arbalejo acabó condenando a un equipo mahonés que llegó a plantar cara al rival.
Los recién ascendidos saltaban al parqué con la presión de enfrentarse a un cuadro mallorquín con experiencia en la categoría y a sabiendas de las complicaciones que se podían encontrar. En el primer cuarto el Palma empezó a lograr distanciarse en el marcador y en cuestión de minutos ya mandaba por diez puntos de ventaja en el electrónico.
Pero a dos minutos para la conclusión del primer tiempo, el Alcázar fue tocado por una varita mágica y logró anotar cinco triples que situaban a los menorquines de pleno en el partido. Así, el partido se marchó con un ajustado 44-40 al descanso que mantenía en vilo a los 200 aficionados que se acercaron al pabellón a ver ganar a los suyos.
El descanso sentó mal al cuadro rojillo, que vio como el Palma pisó el acelerador, empezó a recuperar balones y estuvo más acertado en el tiro exterior. El Platja empezó a meter en el aro todo aquello que no había metido en el primer tiempo y los de Arbalejo se vieron superados.
Al final, 25 puntos de diferencia reflejaron lo vivido en Mallorca, sobre todo en el segundo tiempo. Pese al resultado, buena imagen la de un Alcázar con tiempo para lograr notables mejorías en todas las líneas.