La llegada del Regal Barça al Aeropuerto de Menorca fue igual de fría y triste que el clima que acompañó a la Isla ayer por la tarde. El elenco de estrellas azulgrana desfiló demasiado deprisa desde el edificio al autobús haciendo, mayoritariamente, caso omiso a las peticiones de algunos aficionados para fotografiarse y firmar algunos autógrafos. Tampoco respondió a la cita la afición menorquina, representada por algunos curiosos y un niño enfundado con la elástica del Barça, que fue a la caza y captura de unas estrellas muy concentradas en el choque.
La expedición catalana llegó con un poco de retraso acumulado a la Isla y el ambiente que se encontró vino propiciado por la aclamación popular citada en la instalación para recibir a los representantes de la fábrica Quesería Menorquina desplazados hasta Madrid para apoyar la manifestación para que se solucione los problemas con la empresa Nueva Rumasa.
Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro y Roger Grimau fueron los jugadores que se mostraron más accesibles para la treintena de personas que se reunieron en la terminal y aceptaron posar en algunas fotos y firmar algunos autógrafos. La lluvia que afectó a la Isla la tarde de ayer tampoco facilitó que la plantilla del actual líder de la ACB dedicara más tiempo a los culés menorquines.
El Barça, a diferencia de otros equipos ACB que han pasado por la Isla, no solicitó poder entrenar en el Pavelló sino que entrenó por la mañana en Barcelona. Vázquez e Ingles se cayeron de la lista por lesión.