El Valeriano Allès volverá, mañana, al principal panorama europeo del voleibol femenino. El equipo de Chema Rodríguez debuta, a partir de las 20.30 horas, en el pabellón municipal de Ciutadella ante un equipo del que sabe poco, a excepción de que cuenta con una plantilla joven, la mayoría de sus jugadoras han nacido a partir del 1990, pero donde algunas ya se van abriendo hueco en la selección absoluta de Rumanía. Al talento y desparpajo del CSU Targu Mures se suma la experiencia de la atacante-receptora búlgara Radostina Chitigoi, el principal fichaje de esta temporada. Al inconveniente de la falta de información se suma que Rodríguez tendrá la duda hasta el último momento de la opuesta germanobrasileña Lizz Hintemann, que volvió de Murcia con problemas en la espalda y no entrenó ayer y puede que hoy no lo haga tampoco.
El Valeriano Allès, en su regreso a Europa, se ha encontrado con un problema que viene siendo habitual en las primeras rondas. La falta de información a cerca de cómo va a jugar el equipo rumano marca un choque en el que, a priori, el Ciutadella como campeón de la Superliga española parte con ventaja. "Yo creo que sería un equipo para estar en la parte noble de la tabla", asegura Bep Llorens, que destaca, además de Chitigoti, "la opuesta Florentina Ivanciu, porque con sus 192 centímetros es más alta que las tres centrales del equipo".
El Targu Mures es un equipo ligado al complejo universitario de la zona por lo que se trata de un club de proyección que, a pesar de tener una plantilla joven, como entidad cuenta con experiencia en las competiciones europeas, similar a los casos del Genk, rival belga otrora habitual en la pretemporada bermellona, o el Estrella Roja, con quien se ha cruzado el Valeriano Allès en la CEV Cup.
El conjunto ciutadellenc retomará la competición tras descansar forzosamente el pasado fin de semana ya que debía medirse al CAV Murcia, que se retiró de la Superliga.
duro viaje a rumanía
El equipo partirá hacia Mures, Rumanía, el próximo martes. El plan de viaje es viajar de Menorca a Bucarest, con escalas en Barcelona y Frankfurt. De ahí el Valeriano Allès deberá cubrir 400 kilómetros en autobús.