La segunda parte de la entrevista que Lance Armstrong concedió a la periodista estadounidense Oprah Winfrey, continuó esta noche con los efectos económicos que tuvo ser despojado de los siete títulos del Tour de Francia.
"En sólo unos días perdí 75 millones de dólares en patrocinadores", reconoció Armstrong. "La llamada más difícil fue la que me hizo Nike para comunicarme que no podían seguir con el apoyo y lo mismo sucedía con los de mi Fundación Livestrong".
Una noche después de que Lance Armstrong admitiera un régimen de dopaje sistemático que le llevó a la cima del podio en el Tour de Francia, el desacreditado exciclista tejano continuó su entrevista exclusiva con Winfrey hablando de los efectos más personales de la suspensión a perpetuidad que recibió por parte de la USADA.
Winfrey comenzó preguntando a Armstrong si se siente deshonrado, a lo que el exciclista contestó con un sí y añadió textualmente: "Me siento avergonzado, hundido. Son cosas muy feas".
A la pregunta de cuál fue el peor momento que le ha tocado vivir, Armstrong dijo que perder acuerdos de patrocinio, pero nada comparado a cuando cortó los lazos con Livestrong, la organización benéfica contra el cáncer que él mismo fundó y que ha vendido en el mundo más de 80 millones de pulseras de goma amarillas.
El pasado 4 de noviembre, Armstrong, de 41 años, renunció a la junta directiva de Livestrong. Anteriormente, el 17 de octubre, también había dejado la presidencia, pero había mantenido un puesto en el Consejo.
"La fundación Livestrong es como mi sexto hijo", destacó Armstrong. "Tomar la decisión de hacerse a un lado era algo muy grande de asumir y difícil de hacer". "Era lo mejor para la organización, pero duele como el infierno. Ese fue el momento más difícil de todo".
Winfrey le preguntó si la organización Armstrong Livestrong puede sobrevivir sin su historia, a lo que el exciclista tejano, que la ha ayudado a recaudar 500 millones de dólares, respondió con un "eso espero".
Armstrong también admitió que se merece un castigo, pero en la misma proporción que otros, por lo que no considera que el haberle condenado a perpetuidad sea justo.
El momento más emotivo fue cuando Winfrey le preguntó cómo había dicho la verdad a sus hijos y Armstrong tuvo que hacer un gran esfuerzo para evitar las lágrimas. "A mi hijo Luke, simplemente le dije que no me defendiese más antes los otros niños, que simplemente les dijese que lo sentía por lo que hice".