Bajo una perspectiva estrictamente legal el Pavelló Menorca, que fue concebido como una instalación multifuncional, solo puede acoger en la actualidad partidos de baloncesto porque carece de licencia de actividades para cualquier otro cometido. Se trata, por tanto, de una nueva traba cuya subsanación incide en el lentísimo proceso burocrático que debe desembocar un día u otro en la salida a concurso para su explotación después de que quedara sin uso hace ya siete meses tras la marcha del Menorca Bàsquet que fue su único inquilino desde que fuera construido en el verano de 2005.
El Pavelló mantiene un mantenimiento mínimo adecuado a cargo de un empleado autónomo y observa un estado de conservación que es calificado como óptimo por sus actuales responsables.
El consorcio del Pavelló, ahora integrado por el Consell de Menorca y el Ayuntamiento de Maó tras la salida voluntaria del Govern Balear, trabaja en el expediente que posibilite la licencia oportuna para que, en el futuro, el Pavelló pueda acoger otro tipo de eventos como pueden ser conciertos musicales, congresos, exposiciones u otras manifestaciones que incrementen sus posibilidades de explotación.
Se da la circunstancia, sin embargo, que esta misma instalación ya ha albergado manifestaciones diversas que nada tienen que ver con partidos de baloncesto como fueron, entre otras, los conciertos de los cantante Melendi y Antonio Orozco dos Copas del Mundo de Trial, un festival de danza, un congreso de la Tercera Edad, o el partido de exhibición de tenis entre Carlos Moyà y Rafa Nadal. Cabe entender, por tanto, que todas ellas se desarrollaron sin que la instalación dispusiera de la licencia necesaria para ellas. "En teoría a día de hoy no se puede hacer nada más en el Pavelló que no sean partidos de baloncesto", indica el presidente del consorcio, el conseller Juanjo Pons.
La tramitación de este expediente legalizador supone, además, que el consorcio debe acometer varias obras de adecuación para ajustarse a la normativa. La más importante será la de la apertura de una salida de emergencia y la construcción de una trampilla en la cubierta superior sobre la que pudiera actuarse para evitar la contratación de una grúa, con el coste que supone, cada vez que hay que subsanar las goteras.En cuanto a la sala VIP anexa al Pavelló, que fue levantada por el propio Menorca Bàsquet meses después de su inauguración el Ayuntamiento de Maó ha remitido al Consell los requisitos que precisa para que pueda ser legalizada. En principio esta sala se destinará a almacén, según explicó ayer a este diario Juanjo Pons, quien también reveló que el consorcio valoró la posibilidad de demolerla, "y lo habríamos hecho si esta ejecución hubiera resultado menos costosa que su legalización porque seguimos con las mismas necesidades presupuestarias y precisamos el mínimo gasto posible".El conseller admite el lento desarrollo de este proceso que continúa sin advertir el final, es decir, el momento en el que saldrá a concurso para su explotación. El volumen de trabajo de la conselleria, la lenta burocracia administrativa y la peculiaridad de esta instalación que se construyó en tiempo record pero, a la vista de los hechos, con vacíos legales respecto a su uso, motiva el retraso y las dificultades para darle un nuevo sentido tras la disolución del Menorca Bàsquet.
La empresa Procuame, encargada por el consorcio para la redacción del pliego de condiciones, elaboró su trabajo hace ya varios meses. El Ayuntamiento ya dispone de una copia de ellos desde el pasado octubre pero aún no ha podido realizar las precisiones oportunas por falta de tiempo. "Si fuera una instalación privada todo habría ido mucho más rápido y ya habría salido a concurso porque no es bueno que lleve tanto tiempo así", opina Xisco Pons, concejal de Deportes del consistorio mahonés. "Queremos cubrir gastos y, si es necesario aportar un presupuesto mínimo, pero será difícil que aparezca una empresa decidida a hacerse cargo de todo", señala el edil popular.