Los encantos que acompañan al mundo de la vela no se acaban con la competición. Una de las pasiones que despierta una competición de tanto prestigio como la X Copa del Rey de barcos de época - Trofeo Panerai es la fotográfica. Decenas de personas se acercaron ayer, y probablemente lo harán también hoy, hasta la bocana del puerto para ver desfilar las 51 embarcaciones que tomaron partida en la primera jornada de la competición y, de paso, inmortalizar la escena en busca de la fotografía perfecta.
No solamente en lo alto de las peñas se amontonaron aficionados a la fotografía ya que en el propio campo de regatas no faltaron potentes teleobjetivos que cazaban la instantánea ideal entre virajes de vértigo, maniobras milimétricas u olas de más de dos metros partidas por cascos cargados de historia. La organización ha dispuesto para cada día de competición varias barcas que se encargan de acercar lo máximo posible a los fotógrafos para que ejerzan de la mejor forma.
Los patrones más hábiles consiguen colocar a los cazadores de imágenes a pocos metros de las embarcaciones y antes de empezar la regata, cuando todos los participantes practican las últimas indicaciones previa a la carrera impera el caos, el sálvese quién pueda, a veces el escenario se complica y algunos intercambios de opiniones suben de tono. Pero, de momento, no pasa nada.
Mientras 51 barcos compiten por el trofeo de ganador, los fotógrafos persiguen el prestigio y el orgullo de inmortalizar la competición de la forma más bella.