El programa de carreras del Hipódromo Municipal de Maó se vio salpicado, especialmente en la tercera carrera, por una serie de incidentes que desde la Sociedad Hípica Amigos del Noble Bruto relativizan como un hecho puntual y en el que «no pasó nada especialmente relevante».
El presidente de la SHANB, Antoni Catchot, quiso restar importancia a la circunstancia que se dio en la pista y que derivó en un episodio alterado entre algunos de los propietarios de los ejemplares que competían por el premio Zambrana. «Imaginad que cada semana os hicierais eco cada vez que un futbolista recibe un improperio, no se acabaría nunca», argumenta el mandatario.
Catchot insistió en que «la cosa no pasó de cuatro voces en un momento caliente». De hecho, el comisario no recibió queja ni comentario alguno por parte de los implicados y el lance deportivo que provocó el intercambio de pareceres en un tono alto «será sancionado por el comisario, como es preceptivo». «No es agradabale, por supuesto», pero, en cualquier caso, la conductora que protagonizó el incidente, al acabar la carrera, fue a disculparse.
«No hubo intencionalidad, sencillamente no pudo rectificar la dirección de la yegua», aclara el presidente de la SHANB. Desde la entidad que gestiona las instalaciones no dudan que el episodio quedará en una anécdota propia de cualquier evento competitivo y en el que el espíritu ganador calienta el ambiente en exceso.
Sue Manners
La tercera carrera de la matinal del domingo también incluyó un contratiempo fortuito que dio con los huesos de la veterana Sue Manners sobre la area de la pista. Se enganchó con el cabriol de Jaume Gomila, no se entendieron a la hora de desengancharse y la septuagenaria Manners sufrió su primera caída en 25 años.
Trasladada al servicio de urgencias del hospital Mateu Orfila, la experimentada conductora fue atendida de las diversas magulladuras sufridas por el revolcón, que no pasó de unos golpes leves. Poco tiempo después fue dada de alta, sin padecer fractura alguna, sólo las molestias propias de los golpes. Sue Manners portaba la preceptiva armilla que amortiguó la fuerza del impacto.