El responsable deportivo del Club Natació Jamma y director de la Piscina Municipal Tita Llorens de Ciutadella, Toni Huguet, expresó a «Es Diari» su deseo de que los deportistas puedan volver pronto a entrenar en la piscina, después de nueve semanas sin agua. Las piscinas públicas todavía se mantienen cerradas entrados ya en la Fase 1 de desescalada a causa de la pandemia de la covid-19, lo que ha creado cierto malestar entre los clubes de natación; entre ellos, el de Ponent.
Y es que según el director del complejo deportivo de Ciutadella, «ya han salido estudios que dicen que las actividades que se realizan en aguas cloradas de las piscinas y saladas del mar, son seguras ante la covid-19», señala Huguet, a partir de los investigadores que han publicado un informe sobre la transmisión del virus en el agua salada y las tratadas con cloro. Así lo asegura el trabajo publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Eso sí, reconociendo el ciutadellenc que los protocolos necesarios para volver a abrir las instalaciones «son complicados pero sí, realizables si aplicamos el sentido común y nuestras administraciones aportan las facilidades necesarias», piensa el técnico. «Ha llegado el momento de hacer trabajo en equipo».
La Piscina Municipal, antes de esta inédita crisis sanitaria, daba servicio a 2.500 usuarios, «servicio de deporte-salud en su máxima expresión, con natación para bebés de cuatro meses hasta personas de más de 90 años, colegios, colectivos, discapacitados, escuelas de verano, etc. Además de dar trabajo a más de 20 trabajadores, por lo que creo que se debe hacer un gran trabajo para volver a la normalidad de la manera más segura posible y debe hacerse entre todos». Ya como entrenador, piensa Huguet– para mal suyo y de su alumnado–, que la temporada «ha acabado. Dos meses de inactividad en un deporte tan exigente como la natación son muchos y es una lástima porque ahora llegaba lo mejor del año, con los Autonómicos de verano, Jocs Municipals, escolares y demás», lamenta Huguet, que este año tenía a dos nadadores con mínimas nacionales. «Si podemos volver a entrenar será más para preparar el curso que viene y mitigar los efectos del confinamiento a nuestros deportistas y a todos los niveles, físico, mental o social».
En estos momentos, de lleno en la comprometida Fase 1, según Huguet, «hay que ir con pies de plomo. Por suerte nos dejan nadar en el mar, aunque no entiendo demasiado el tema de los horarios para hacer deporte. Para ir a un bar no hay horarios y sí para el deporte, en el que se tiene que ir en solitario. Y al bar puedes reunirte en grupo, un poco extraño todo», piensa en voz alta, viendo ahora un momento «muy importante para que a nivel de Consell y ayuntamiento actúen ante esta crisis, que se tomen medidas para ayudar a deportistas, trabajadores, entidades, clubes, empresarios... Es el momento de escuchar, sumar y actuar». Y Huguet aplaude que la Federació Balear de Natació reclame empezar como los otros deportes: «Es lógico puesto que si se toman las medidas correctas es del todo viable entrenar de forma segura en las piscinas aunque hay muchas realidades. Palma tiene muchas piscinas– casi todas públicas– y pueden decidir usarlas exclusivamente para no federados y federados, aplicando los protocolos pertinentes y limitaciones de aforo». Sin embargo, «¿qué pasa cuando la piscina la gestiona una empresa privada como aquí? ¿Cómo se puede sacar rendimiento con el nuevo escenario? Aquí se hace necesario trabajar en las partes implicadas. Tenemos que estar todos a la altura y soy optimista aún», acaba Huguet, que ha pasado el confinamiento disfrutando de los suyos, dedicándoles tiempo– también a él mismo– y deseando volver a «la antigua realidad».