Las cartas que España presentó en Málaga para ganar la Copa Davis no le bastaron ni siquiera para superar los cuartos de final, derrotada este miércoles por Croacia de forma rotunda, por 2-0, y eliminada de la competición a las seis horas de debutar. Hola y adiós en un rato, en el que Borna Coric se impuso a Roberto Bautista por 6-4 y 7-6 (4) y Marin Cilic a Pablo Carreño por 5-7, 6-3 y 7-6 (5). El dobles croata, ese que forman Mate Pavic y Nikola Mektic y que asusta antes de salir a la pista, no necesitó abandonar los vestuarios.
Ni la igualdad que mantuvo Bautista con Coric hasta los compases finales del primer partido, ni la lucha de Carreño hasta el desempate del tercer set, ni el apoyo de la grada en un Martín Carpena lleno (9.486 espectadores sobre un aforo de 9.800) y entregado a una causa cada vez más imposible. Nada fue suficiente para conducir a España al menos a semifinales. Será el equipo croata el que las juegue el viernes contra Australia.
Pesaron demasiado las ausencias: la de Rafael Nadal por decisión propia, cargado de exceso de partidos, y la de Carlos Alcaraz por lesión. Y también una pista rápida, muy rápida, y bajo techo, las condiciones que menos convienen al juego de los españoles. Y los rivales también hicieron lo suyo: a día de hoy, Cilic es un seguro de vida en la Davis. Su partido ante Carreño fue una montaña rusa que pudo ganar cualquiera, pero el croata mantuvo mejor el equilibrio.
Croacia, equipo subcampeón de la Davis en 2021 y líder de la clasificación mundial de esta competición, se medirá a Australia el viernes en semifinales.
España ya quedó contra las cuerdas al perder el primer partidoE Bautista ante Coric en una hora y 58 minutos de juego. Fue un partido decidido por detalles, apenas por cuatro puntos más que ganó el croata. También tuvo en error más no forzado; pero eligió mejor los momentos y acertó en los momentos clave. Bautista mantuvo a raya a Coric, cinco puestos por detrás (26) que el castellonense en la clasificación ATP, y fue quien intentó romper la inercia de los intercambios con dejadas valientes a las que el croata no supo responder. El servicio fue lo que le salvó de ponerse en desventaja.
El juego en blanco que firmó Bautista con su saque para 3-2 no anticipó lo fácilmente que perdería su siguiente servicio. Nunca pudo recuperarlo: tuvo una única bola de 'break' con 4-5, tras despistar a Coric con un revés cortado, pero no pudo convertirla y el set cayó del lado del croata. No hubo ni una sola opción de rotura en la segunda manga, interrumpida por el mencionado incidente, y Bautista se encomendó al tie-break para mantenerse en el partido. Jugó el desempate a remolque, sin hacer dos punto seguidos y tras conservar su saque solo en dos ocasiones. Salvó el primer punto de partido con una derecha cruzada inapelable y el segundo gracias a una bola de Coric que se estrelló contra la red, pero no pudo oponer más resistencia al saque del croata.
Pablo Carreño se la jugaba luego a cara o cruz ante un experto en la Davis como Cilic. El segundo partido individual discurrió al compás de los caprichos del saque del croata, que acabó el choque con 20 puntos directos y 15 dobles faltas. Cuatro dobles hizo el croata antes de llevarse el juego inicial y seis puntos de rotura tuvo Carreño sobre sus tres primeros juegos de saque. Aprovechó el sexto para adelantarse 3-2, pero Cilic restableció el equilibrio de inmediato.
El set dio el giro definitivo en el undécimo juego, un recital al resto de Carreño, que rompió a su rival en blanco. Aunque Cilic pudo devolverle de nuevo el quiebre, llevado en volandas por el público y con un gran servicio Carreño se anotó el primer set. Una pequeña luz para el futuro de España en la eliminatoria, comprometido tras la derrota de Bautista. Pero en la segunda manga Cilic demostró que no es solo un lanzamisiles con el saque. Únicamente con el servicio no se llega a las semifinales de Roland Garros, como hizo este año. Tuvo que mirar impotente cómo Carreño mandaba paralelos fuera de su alcance, pero también él restó de forma magnífica y encontró las esquinas.
Rompió para 4-2 y no cedió ni una ocasión a Carreño para recuperarse. Tras el 1-1 del tercero, el partido entró en una fase de locura: tres 'breaks' consecutivos, derechazos de Carreño a la línea cuya legalidad fue a veces discutida por Cilic, golpes cruzados del croata y los dos jugadores sacando el puño para celebrar su puntos, todo ello desembocó en un 4-2 para Cilic que recordaba a lo ocurrido en la manga anterior. Pero Carreño tuvo tres ocasiones de cambiar el guion y no las desperdició (4-4), apoyado en un resto mortal a un segundo saque del gigante nacido en Bosnia. Se mantuvo la igualdad y el jugador asturiano restó para cerrar el partido, pero resulto imposible. Con una bola a la red dio la salida al 'tie-break' después de tres horas de partido.
Carreño empezó brillante. Sobrepasó a Cilic en la red y le dejó clavado al fondo de la pista, incapaz de devolver sus paralelos. Se puso con 4-1, pero fue incapaz de mantener el nivel. Tres puntos seguidos del rival le abrieron el camino para ponerse con ventaja de 6-5. Un golpe que se le fue largo a Carreño convirtió su primer punto de partido en un pasaporte a semifinales.