Rafael Nadal ha comparecido este jueves en su academia en Manacor para analizar su decisión sobre Roland Garros y su hoja de ruta en los próximos meses. El mallorquín, que no falla a su cita con el Grand Slam francés desde su debut en 2005, ha anunciado que pone un «punto y aparte» en su carrera a la que ha anunciado que tiene previsto poner fin en 2024. Su deseo es recuperarse física y mentalmente con la posibilidad de poder disputar la Copa Davis y la próxima temporada disputar los torneos que le apetezcan.
Acompañado por su equipo con Carlos Moyà, Carlos Costa y Rafael Maymó sentados en primera fila junto a su esposa, Maria Francisca Perelló, y su hermana, María Isabel Nadal, el ganador de 22 títulos de Grand Slam se abrió en su academia en Manacor para relatar sus sentimientos y sensaciones de los últimos meses y expresar lo que espera del futuro antes de colgar la raqueta. «La lesión no ha evolucionado como nos hubiera gustado y he trabajado sin parar siempre con la vista puesta en el siguiente objetivo y Roland Garros se hace imposible. Podéis imaginar lo difícil que es esta decisión que toma mi cuerpo, porque no la tomo yo», reflexionó en sus primeras palabras el mallorquín, que adelantó que no tenía intención «de seguir jugando los siguientes meses». «Han sido años que los resultados han sido de primer nivel, pero el día a día ha sido de un nivel muy abajo. De cara al exterior quedan los momentos buenos, pero el trabajo diario desde la pandemia ha sido difícil y me ha costado tener continuidad por culpa de las lesiones que ido encadenando. Cuando uno no puede hacer parte de su vida con felicidad se traslada al plano personal. Lo enmascaran las victorias importantes, pero hay que poner un punto y aparte», argumentó.
El prolongado paréntesis de Nadal tiene como objetivo «regenerar» el cuerpo en vistas a poder llegar a final de curso y prepararse bien para un 2024 que ha advertido que será el último de su trayectoria profesional. «Volveré cuando me sienta preparado y lo esté mentalmente. Quiero intentar llegar a final de año para intentar jugar la Copa Davis si el capitán lo considera oportuno. Quiero intentar encarar el año que viene con garantías e intuyo que será mi último año. Si va a ser el último quiero enfocarlo con garantías de poder disfrutarlo», precisó. «Quiero darme la oportunidad de que esto ocurra. Jugar los torneos que me apetezcan para disputar los que me han marcado los últimos años», añadió.
El manacorí expresó su deseo de rebelarse contra un adiós que está lejos de lo soñado por un deportista. «No me gusta la palabra, pero no me merezco terminar así. Me he esforzado mucho como para que mi final sea en una rueda de prensa. Lo primero es que tengo la satisfacción de haber hecho lo que creía conveniente para llegar a los objetivos que se han logrado y en este sentido cuando sea el momento de no volver a competir quiero que sea con la satisfacción de hacer lo que está en mi mano. Vale la pena hacer un esfuerzo más», dijo señalando los Juegos de París como uno de los escenarios que le ilusionan.
Cuestionado sobre la posibilidad de dar marcha atrás en su decisión si las cosas le salen bien el próximo curso no cerró la puerta, pero se mostró escéptico. «Soy positivo pero no iluso y se hace difícil que con la deriva de los últimos años haya magia y el cuerpo esté perfecto. Para que no haya malos entendidos es mi intención. No puedo predecir el futuro. Todo es posible aunque lo veo improbable», apuntó.
Nadal precisó que se han producido fallos en su recuperación, aunque no entró en detalles. «La lesión no ha evolucionado y puede haber muchos factores que hayan influido, pero no los puedo contestar. Creo que se tomó alguna decisión equivocada, pero se hizo con la máxima prudencia posible y desde el convencimiento de que todos los que han estado a mi alrededor querían lo mejor para mí», manifestó el manacorí, que también expresó que los problemas físicos que ha venido sufriendo en los últimos años también afectan a su entorno. «Venimos de un histórico de lesiones complicado y necesito parar tanto yo como los que están a mi lado. Todos me ven sufrir y la mayoría de veces la única recompensa es la victoria. A ver si el cuerpo se recupera por si solo», indicó Nadal, que tiene claro que aspira a que el último año «sea especial y valga la pena».
A la hora de tomar la decisión de renunciar a los torneos más importantes de su carrera y abrir un paréntesis prolongado, Nadal ha explicado que ha vivido «un proceso de aceptación y honestidad de uno mismo». «No son decisiones dramáticas, todo tiene un principio y un final. Yo solo soy uno más de los deportistas, artistas o deportistas que pueden haber destacado y en este sentido se acaba una etapa. Será una etapa diferente pero no menos feliz. Acepto las cosas con naturalidad y tengo planes para los próximos meses de cosas que no he hecho durante año», insistió.
«No se puede estar siempre exigiendo más al cuerpo porque hay un momento en el que el cuerpo saca la bandera y dice hasta aquí. Aunque mi cabeza no quiera mi cuerpo ha dicho hasta aquí», ha enfatizado Nadal en la rueda de prensa que pone «punto y aparte», pero no final a su carrera.