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Jorge Martín explota su versión más consistente para cumplir su sueño

El piloto español de MotoGP Jorge Martín (Ducati) celebra su primer Mundial de 2024 en Montmeló. | GIGI SOLDANO / DPPI Media / AFP7 / Europa Press

| Madrid |

El piloto español de MotoGP Jorge Martín (Ducati) se proclamó este domingo campeón del mundo de la categoría reina por primera vez en su carrera, después de mejorar la versión que mostró el año pasado, a base de consistencia, regularidad, temple y determinación, ingredientes para ser el más tenaz y apenas cometer errores, a pesar de solo sumar tres triunfos por los once de su máximo rival, Francesco Bagnaia (Ducati).

El de San Sebastián de los Reyes, de 26 años, cumplió su sueño de niño y tocó la gloria en MotoGP alzándose con un título, por diez puntos sobre 'Pecco', que se le resistía --había sido campeón en 2018 en Moto3-- y que parecía alejarse aún más tras el golpe de perderlo el año pasado tras acariciarlo durante semanas. Pero el Jorge Martín de 2023 se parece poco al de este curso.

El español ha mantenido, o incluso aumentado, su ambición y su hambre. Pero sí ha cambiado su manera de enfocar los objetivos, dejando un poco a un lado su versión más explosiva y rebelde, para encontrarse con si yo más frío y racional, que le ha permitido no cometer errores que fueron determinantes en el pasado y que le alejaban de su gran deseo.

'Martinator' no ha sido el más rápido los domingos --sumó tres victorias este año en carreras 'largas' (Portugal, Francia e Indonesia)--, pero sí el más constante. El madrileño solo se quedó fuera del podio en cuatro ocasiones los domingos en las 20 pruebas del Mundial, y además marcó la diferencia los sábados en la 'sprint', en un formato que ha demostrado de manera sobresaliente que maneja a la perfección.

El español logró imponerse en las carreras 'cortas' en siete sábados, los mismos que 'Pecco', pero su regularidad marcó la diferencia: solo en cuatro ocasiones se quedó fuera del podio, subiéndose al cajón, por tanto, 16 veces.

Y esa consistencia se tradujo en puntos y un colchón que su cabeza y racionalidad le permitieron aguantar a un Bagnaia que solo hizo 10 podios en las 'sprint' pero que, sin embargo, ganó 11 carreras los domingos, la temporada que más lo ha hecho, más incluso que en las dos anteriores en las que sí fue campeón.

En el caso de Martín, el 2024 ha sido su temporada más regular, en la que ha arreglado los obstáculos que le impidieron ganar en 2023. Y es que 'Martinator' empezó a ganar el título en noviembre del año pasado, cuando no pudo obrar el milagro ante un Bagnaia que ganaba en Valencia su segundo Mundial consecutivo. El año pasado, más de la mitad (11) de Gran Premios no consiguió subirse al podio, por eso esta temporada la regularidad ha sido su gran cambio.

El madrileño se ha ido siempre adaptando a la categoría reina, que le recibió en 2021 con una fuerte caída en Portugal que le provocó siete huesos rotos y varias operaciones para terminar de construir su apodo 'Martinator' --por la innumerable cantidad de placas, hierros y metales en su cuerpo--. Ese episodio cambió a Martín, que también este año ha vivido momentos clave que le han acercado al título.

Y el principal fue su caída en Sachsenring, en Alemania. En la novena cita del calendario, el madrileño se fue al suelo cuando restaban dos vueltas de la carrera del domingo, era líder en solitario y lo tenía todo para seguir aumentando su renta en lo más alto. Su 'cero' le hizo perder el liderato, pero fue un punto de inflexión. «Es frustrante, me ha dolido más que nunca, ha sido y va a ser un día importante en mi carrera, va a marcar un antes y un después», reconoció entonces el piloto madrileño.

La fortaleza mental del nuevo campeón es la clave que explica el éxito incontestable de Jorge Martín, que también tuvo que sobreponerse a la decisión de Ducati de no confiar en él para el proyecto oficial en 2025. El madrileño se lleva el '1' a Aprilia el año que viene, por primera vez en un equipo de fábrica en MotoGP. La consistencia ha marcado la diferencia en la mejor temporada de un 'Martinator' que devuelve al trono al motociclismo español cuatro años después.

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